Oct 27, 2011

HAPPINESS HAS TO BE SHARED, ALWAYS!

Porque creo que lo bueno (y lo malo) es más saludable cuando se comparte, hoy quiero cederle aquí espacio a Felipe Santos, junto al que tengo el gusto de haber ganado el V Premio Paco Rabal de Periodismo Cultural que concede la Fundación AISGE. No le conozco, pero estoy deseando felicitarle en persona por su perfil de la gran coreógrafa Pina Bausch, -(Omar Khan, esto te lo dedico a tí por tus esfuerzos por mantener viva la danza en los papeles a través de SusyQ)-
Reproduzco aquí el primer párrafo de un trabajo que fue publicado por la revista Política, Cultura y Arte , que por cierto, no conocía y también aconsejo, aunque aún tengo que explorarla bien. De momento puedo decir que no es una oda al diseño y sí a los contenidos, lo cual, desde mi en exceso 'fashionable' Nueva York, yo agradezco mucho.
(nota:Abajo añado información sobre mi propio blog, para quienes no lo conocían):

EL MIEDO CREADOR DE PINA BAUSCH (por Felipe Santos)

Pina Bausch tenía un semblante troyano, como el de aquellas mujeres que los aqueos dejaron tras de sí después de tomar la ciudad. Su mirada decía extraviada, a medio camino entre el sueño y la vigilia, similar a la que el dolor debió dejar en el rostro de Hécuba, Casandra o Andrómaca cuando vieron a sus familiares muertos y Troya arrasada por las llamas. “Yo fui una gran tímida de niña. Y vivía con mucho susto, un sentimiento que aún conservo y que, en parte, ha sido mi motor. El miedo mueve. El miedo hace crear porque tú quieres inventarte un mundo donde tus ideas y tus sueños funcionen”.

Pina Bausch (c) Atsushi Iijima

Así es como se fue a estudiar a la Juilliard School de Nueva York, con la inseguridad de quien ve en la desproporción de la metrópoli -y más si la comparaba con su Solingen natal- la magnitud del abismo al que se acercaba. Por suerte, los profesores que allí la esperaban dieron el empujón final a un talento que empezó a fraguarse bajo las mesas del restaurante que regentaba su padre, donde se sentaba a cavilar en mundos imaginarios. Sólo salía de allí para, de vez en cuando, divertir a la clientela con bailes improvisados.
Continuar leyendo aqui.

PD: el post de Crónicas Barbaras premiado lo podéis leer aquí.
Y para quienes no conocían este blog, decirles que nació así, aunque en realidad el primer post se me ocurrió poco antes, en este momento que necesitaba contar y no tenía donde. Solía escribir a veces en inglés, y a veces en español, que es como uno piensa tras pasar once años en un país que habla otra lengua, aunque durante el último año apenas he escrito por falta de tiempo. El premio que acabo de recibir lo interpreto como una señal luminosa para seguir adelante con un blog que en realidad me ha dado sólo alegrías. Y es posible que lo desdoble en breve para separar el inglés del español y no confundir a quienes no leen en ese idioma. Gracias por visitarlo. Sin lectores los blogs mueren!

Oct 20, 2011

OCCUPY EDUCATION STREET




Poco importa que haya mucha gente tratando de minimizar la importancia de Occupy Wall Street. En el seno del movimiento siguen ocurriendo cosas y poco tienen que ver con el folklore que tiende a ser reproducido en la prensa. Más allá de las pancartas variopintas, de las declaraciones variadas de los habitantes de Zuccotti Park, de cómo vistan o quién les alimente, que parecen ser los temas preferidos por televisiones y periódicos, los grupos de trabajo surgidos de esa plaza siguen creciendo y trabajando. El de educación, que comenzó con ocho personas hace una semana, ya tiene más de 150, según me contaba hoy uno de sus miembros, y una serie de aliados estelares, entre ellos la New School University, cuyos profesores manifestaron su apoyo oficial al movimiento a principios de mes y ahora trabajan en una idea que yo calificaría de maravillosamente radical, en el sentido positivo del término 'radical': comenzar a llevar sus clases a la plaza y preparar un programa de estudios para una posible universidad nómada.

Nueva York aglutina gente con mucho talento, y ese talento también ha optado por apoyar OWS. Si la clave de casi todo está en la educación, (y en Estados Unidos la falta de ella explica muchos de sus problemas) me parece muy significativo que profesores de la que en su día fue una de las universidades más progresistas del país, nacida con la finalidad "de enseñar como fin en sí mismo y no de limitarse a la profesionalización", se impliquen activamente en este movimiento. Que nadie espere demandas concretas dirigidas a los políticos. De lo que se trata es de crear estructuras nuevas en las que la política, tal y como está concebida hoy en día, no tiene espacio. Nadie tiene ningún interés en 'destruir el sistema'. No hace falta desperdiciar energía en eso. Lo interesante es la idea de construir otro diferente basado en el sentido común y alejado de los intereses y corruptelas que pueblan el que está vigente.

También hay profesores de Columbia University, de CUNY y de otros centros, a los que hoy sólo se accede pagando miles de dólares, dispuestos a trabajar en el proyecto. Mientras, los de secundaria ya han empezado a llevar a sus alumnos a Zuccotti Park para darles clase 'in situ' sobre derechos civiles. No recuerdo que eso ocurriera en los encuentros del Tea Party. Por algo será.

Soy hija de un pintor que además enseñaba en la facultad de arquitectura y muchos de sus alumnos, que luego fueron mis amigos, me hablaron de cómo les marcó mi padre. A mí también me marcaron algunos buenos profesores. Te pueden cambiar la vida. Por eso creo que si la educación se implica en Occupy Wall Street, es noticia. Y muy buena.

Hay muchas más cosas que contar que no están escritas en las pancartas. Prometo hacerlo en cuanto el pluriempleo me deje un minuto (Yo también soy el 99%).

Oct 16, 2011

PEQUEÑAS ESCENAS INDIGNADAS

Toda revolución, o amago de ella, incluye grandes y pequeñas escenas. Las grandes son las que de una u otra forma llegan a la prensa y al público y generan noticias, análisis sesudos, tribunas de opinión y con suerte, hasta cambios económicos y políticos reales. La manifestación del 15 de Octubre en Times Square y en cientos de ciudades del mundo pertenece sin duda al grupo de las grandes escenas.

Occupy Wall Street in Times Square
Foto de John de Guzman. 15 octubre 2011. Times Square.
(El sistema de 'corralitos' en las manifestaciones neoyorquinas impide que la masa se junte, evita que las fotos sean más espectaculares y rompe la energía que consiguiría una masa compacta. Aún así en Times Square hubo al menos 10.000 personas)

Las pequeñas escenas son las que se viven a diario, fogonazos de humanidad, que incluyen nuestras pequeñas alegrías y miserias personales en medio de algo mucho más grande y que, pese a ser anécdotas, a veces también ilustran esa revolución. Después de pasarme un mes cubriendo las protestas del movimiento Occupy Wall Street hay algunos momentos pequeños que me gustaría compartir:

-Ilustrando la crisis 1:
-7 de octubre, Washington Square Park. Los ocupantes de Liberty Square se han trasladado por un día a Washington Square y celebran una asamblea. La plaza está rodeada de coches patrulla, lecheras y de policías porra en mano. Se acaba la asamblea, me doy una vuelta y decido irme a casa, no creo que haya nada nuevo que escribir hoy. Voy a subirme a mi bicicleta y resulta que se le ha salido la cadena. Despotrico y trato de arreglarla sin éxito. En ese momento una furgoneta llena de policías aparca delante. Se bajan. Me observan y me dicen: ¿necesitas ayuda? "Hombre pues sí, muchas gracias!". Se manchan las manos de grasa y muy amablemente colocan otra vez la cadena en su sitio. Sonríen y hasta tontean un poco. Al final me atrevo a preguntarles: "Perdona pero... ¿tenéis intención de arrestar a mucha gente hoy? "¿Por qué? ¿Planeas hacer algo?". "No, soy periodista, pero desde que los indignados se indignan me ha tocado trabajar todos los fines de semana y esperaba poder descansar hoy pero veo mucha policía por aquí y si hay muchos arrestos seguro que me llaman del periódico para escribirlo". "Hombre, si te soy sincero, a nosotros la protesta no nos viene mal, estamos cobrando muchas horas extras y las pagan muy bien. Nuestros sueldos no son muy allá". "Qué suerte, yo no cobro horas extras, ni sábados, ni domingos. Ni siquiera tengo un sueldo". "Ya, es que vuestra profesión está muy mal". "Pues sí, muy mal". "En fin...". "En fin..."...

-Ilustrando la crisis 2:
-En Liberty Square. "Y usted, ¿a qué se dedica?". "Soy periodista". "No se quejará. Le estamos dando mucho trabajo". " ¿Y usted qué hace?" "Estoy en paro. Pero mire la paradoja, mi falta de trabajo le da usted de comer. Y si no, siempre puede venirse aquí a comer pizza. El occupy special es un hit"...

-Valorando la asistencia a una manifestación:
14 de octubre. Seis de la mañana. Llegó tarde la convocatoria montada para frenar el desalojo de Liberty Square. Llamo a otra periodista: "¿Estás ya ahí?". "Sí". "¿Hay mucha gente?". "Uf, esto está petao". "¿Como el día de la manifestación?". "Pues sí, la plaza a rebosar. Para que te hagas una idea no hay manera de encontrar aparcamiento para la bici".

-La revolución no descansa. Y cansa!
Saliendo de Liberty Square me encuentro en el metro con una activista que conozco. Aprovecho para entrevistarla y luego nos ponemos a hablar de otras cosas. "¿Adonde vas?", le pregunto. "A comprar un filtro para mi acuario. Mi tortuga no puede más. Llevo un mes viviendo en Wall Street. Mi vida es un caos. No tengo tiempo ni de poner la lavadora. Y estoy cansadísima". "Ya, yo también. Pensaba descansar el sábado pero está la convocatoria del 15-O. Yo estoy encantada con la revolución pero... ¿no os podríais indignar en lunes?". Risas. "Ya, yo también lo he pensado pero la revolución no descansa".

-Percepciones de una revolución:
Washington Square, 12 de la noche, 15 de octubre. Después de una asamblea masiva un pequeño grupo de unos 100 indignados se debate entre intentar ocupar la plaza o volver a Zuccotti Park. Varios de ellos le cantan guitarra en mano una divertida versión del clásico de Ben E. King Stand by me (la letra adaptada al momento dice 'NYPD stand by me') a un ejército de al menos 400 policías (la policía neoyorquina siempre fue muy exagerada) desplegados para evitar que ocupen la plaza. Las pizzas de Liberatos (la pizzeria oficial de la ocupación) acaban de llegar humeantes y corren entre los indignados. De repente oigo esta conversación:
- ¿Qué te parece todo esto de Occupy Wall Street?
-Mucha policía y mucha pizza gratis. Pero con tanta policía no consigo disfrutar de toda esta pizza. Comería más a gusto si no me estuvieran todos mirando.