Nov 18, 2012

Los colaboradores también existen

Pequeña dedicatoria a los periodistas freelance durante la entrega de los Premios Ciudad de Badajoz 2012, que incluían el IX Premio de Periodismo Francisco Rodriguez Arias por la entrevista-reportaje 'Paul Auster afronta el final', publicado en Rolling Stone. Me refiero a fotógrafos y plumillas. Los que hacen información a diario y cuya fuente principal de ingresos depende precisamente de poder seguir informando. Los articulistas  y columnistas estrella, a los que también se llama colaboradores, juegan en otra liga que pese a los recortes, sigue siendo aventajada)

Ante todo me gustaría darle las gracias al jurado por esta alegría tan inesperada y al ayuntamiento de Badajoz por convocar estos premios desde hace nueve años. En España no abundan los premios de periodismo de temática libre y sin una conexión directa con los intereses de los organizadores. Ojalá hubiera más!

Por otro lado me gustaría dedicar este premio a los periodistas freelance, los conocidos en la profesión como colaboradores, los grandes olvidados de la crisis que azota al sector periodístico.

En estos años de crisis económica global, también la prensa se ha convertido en noticia por los ERES salvajes que afectan a empresas de todo el sector. El periodismo sin periodistas no existe pero las empresas han decidido prescindir precisamente de su activo más valioso, los profesionales y en muchos casos de los veteranos, los que deberían servir de ejemplo a las nuevas generaciones, ya que ésta es una profesión que no se aprende en la universidad si no en las redacciones y en las calles. Pero al menos, y aunque no sea un consuelo, porque verse despedido siempre es atroz y traumático, los periodistas de plantilla fulminados se pueden apoyar durante algunos meses en el colchón del paro.

Los colaboradores nos vamos a la calle sin ningún tipo de compensación y encima, ni siquiera aparecemos en las estadísticas. Somos invisibles.

En muchos casos trabajamos durante años como si fueramos de plantilla pero sin recibir a cambio ninguno de los beneficios. (Se trabaja al mismo ritmo, haciendo horas extra gratuitas, a menudo en festivos y fines de semana que nadie paga, sin seguro médico, sin vacaciones y asumiendo la mayoría de los gastos).

Hoy lo que se cobra por colaboración, (haciendo una media rápida), es un 70% más bajo que hace diez años y eso sin contar el ipc!

Nadie nos contrató o mejoró el precio de las colaboraciones cuando las cosas iban bien (oficialmente siempre era un "mal momento", o al menos eso me decían a mí) y cuando realmente empezaron a ir mal fuimos los primeros en caer, silenciosamente... (por ejemplo un escueto email o conversación telefónica diciendo algo así " durante una temporada no te llamaremos, hay que ahorrar, pero en cuanto podamos contamos contigo").

Por eso quiero dedicarles a ellos este premio, porque los colaboradores también existen y pese a formar el grueso de la profesión periodística en España, nadie habla de ellos. 

(Aprovecho este post para felicitar también a mis compañeros de premio, Augusto Fernández Arana, ganador del Premio de Escultura; Alejandro Calderón Martín, ganador del premio de pintura; David Benedicte, ganador del premio de poesía por Poemarx y Daniel Dimeco, ganador del premio de novela con El mapa de las viudas. Ambos libros se editarán en abril y en cuanto a las obras premiadas, pueden verse hasta el 30 de noviembre en el Museo de la Ciudad de Badajoz Luis Morales)

Nov 6, 2012

REQUIEM FOR MY CITY

I left New York hace un mes para mudarme a Londres. La semana pasada Sandy arrasó la ciudad que más quiero y en la que he vivido durante los últimos trece años. Y yo ya no estaba allí. Son cosas que si no eres periodista dificilmente se entienden: ¿por qué querer estar en medio de semejante follón, en una ciudad a oscuras y en remojo, cuando quienes están allí atrapados solo querrían no estar allí? Es ese absurdo de la vocación periodística, de creer o ilusionarnos pensando que (sobre todo) cuando ocurre algo en un lugar que conoces bien, serás capaz de dar lo mejor de ti para contárselo al mundo.
Foto de la periodista Mercedes Gallego, que sí estaba allí.

No ha sido el caso porque yo ya estoy lejos pero no he podido dejar de mirar hacia allá y es curioso como he ido descubriendo y aún hoy descubro lo que aún está ocurriendo en Nueva York y la costa Este, aunque la prensa extranjera ya no me lo cuente porque se ha decidido que la gente de Nueva York y New Jersey (en su mayoría de barrios humildes), una vez recuperada la luz en (casi) todo Manhattan, y aunque haya más de un millón de personas sin electricidad en una zona no tropical y por tanto a temperaturas bajo cero, son menos importantes que las elecciones presidenciales de hoy. Y eso que periodisticamente, lo que sigue ocurriendo en NY y alrededores es una historia humana mucho más potente que unas elecciones en las que lo único que realmente importa es el resultado, no todo el circo interminable en que la prensa convierte el proceso electoral. Además, tras la decepción de los cuatro años de Obama, también yo he dejado de creer en él. Y eso que fui fan. Pero eso es otra historia.



Yo sigo mirando hacia mi querida ciudad y descubro muchas cosas hermosas y horrendas en la distancia, con la ayuda inestimable de relatos directos de mis amigos, a quienes he pedido que fueran mis ojos ahora que los míos no están allí, redes sociales y prensa micro-local neoyorquina.

Foto de Idoya Noain, más detalles en reportaje que menciono abajo.

Respecto a lo que aún está ocurriendo: todos estos edificios de mi barrio, casualmente en su mayoría de protección oficial, siguen sin tener agua caliente ni calefacción. Algunos ni siquiera tienen luz. Y en zonas como Chinatown, donde he vivido durante diez años, los chinos, que no hablan ni papa de inglés (y por lo tanto no tenían modo de saber qué estaba ocurriendo en su ciudad), han superado la semana de apagón gracias precisamente a la organización de las asociaciones vecinales, puesto que el ayuntamiento no se ha dejado ver por allí. Las diferencias de clase, por mucho que el huracán arrase tanto pisos de lujo como chabolas, siempre se dejan notar en las catástrofes naturales, en Nicaragua o en Nueva York. Idoya Noain lo contó perfectamente en este artículo. Y Reuters en este.





Lo más grave respecto a Nueva York, sin embargo, ha ocurrido en Staten Island, Red Hook y Rockaway Beach, las comunidades más tocadas por el huracán y a la vez olvidadas por el ayuntamiento. Rockaway Beach es un área transformada durante los recientes veranos en centro de peregrinación hipster pero donde también estaban algunas de las casas de protección oficial más duras y ásperas de la ciudad. Por no hablar de las casitas de propietarios de clase media, de las que un centenar perecieron arrasadas en un incendio. Aparte del fuego, espectacular para las televisiones, nadie habló de Rockaway Beach durante la primera semana, cuando el foco estaba puesto en ese Manhattan fascinante oscurecido por el apagón. Una semana después del Sandy, 100.000 personas siguen sin luz ni calefacción en esa península y el frío cada día aprieta más. Lo que me parece realmente interesante (y sorprenderá a muchos) es que los primeros que se acercaron a ayudarles fueron los miembros de OWS. Lo descubrí a través de las redes sociales. Todo el network construido durante los meses en que cubrí las protestas de OWS se puso en marcha de nuevo y de un estado de semiadormilamiento pasó a la acción casi de inmediato. Primero me empezaron a llover emails de grupos diversos nacidos de aquel movimiento y que se habían organizado como voluntarios. El segundo día tras el huracán ya habían montado en twitter @occupysandy y en apenas dos días ya estaban organizando viajes a Rockaway Beach y Red Hook con voluntarios para llevar comida, pilas, mantas... Cuando el alcalde por fin se dignó a visitar la zona, seis días después, la gente le respondió con un abucheo, como contó NY1: el sentir general era y es nos habéis abandonado. La prensa estadounidense tardó días enterarse de lo que estaba haciendo OWS. La revista Slate fue la primera en hablar de ello el domingo. Después han seguido decenas de artículos en días recientes.


Un poco de frivolidad neoyorquina: Alex en el Lower East Side, donde al volver la luz, los bares han copiado a los bares de New Orleans, que ofrecían Katrina Specials en 2005. 

Más allá del drama, le he pedido a mis amigos que me cuenten la experiencia de vivir en el corazón del siglo XXI en condiciones de siglo XIX (en el idioma que les apetezca). La mayoría son residentes del downtown desde hace años y por lo tanto vivieron el apagón en primera persona. Es un interesante cuadro de lo que ha ocurrido en esa parte de la ciudad que hace años comenzó a ser adquirida por hedge fund managers y ejecutivos agresivos con ganas de parecer cool y con los que se transformó el paisaje inmobiliario de toda la zona por debajo de la calle 14. Estoy segura de que esos mismos tipos, tras este huracán, venderán sus fancy apartments y volverán a donde pertenecen, el Upper East o el Upper West. Los que no son ellos y viven por debajo de la calle 14, antes o después, también se irán. Pero no por voluntad propia: esa parte de Nueva York está construida sobre canales, en muchos casos por debajo del nivel del mar... Es, como han dicho muchas veces los llamados expertos, cuestión de tiempo. De ahí el Requiem for my city que al menos estas pequeñas grandes historias de mis amigos me ayudan a sobrellevar.

Cliona:

Sandy? Bah! Just another normal day in downtown Tegucigalpa or is it Phnom Penh?
People selling food in the streets
Packed buses like sardine cans
No lights - shadows walking in the dark
Buckets of water being filled at the fire hydrants to bring back to apartments
Walking five miles a day to find phone
New pickup line in bar - "Wanna come back to my place? I have hot water and heat! "

Alex:
Walking around Chinatown, I figured the ones bound to quickly offer goods and bounce back are the Chinese. The Chinese shop keepers were selling freshly dead, or quasi dead lobster, and crabs, and Eels, and all sorts of other barely existing looking fish... I though how ironic that I am unable to make a phone call, or have a hot shower, or even go to Brooklyn or uptown (without paying a chunk of cash. By the way, uptown 43rd and up people were having quiche Lorraine and red wine without even thinking about downtown, it was like Calfornia up there...but that is another story...back to the fish) So, here I am unable to go very far, without much cash, stuck! So here I am walking in the dark, and I am able to have Lobster for dinner for a buck,with champagne, because September Wines was open and there were lines outside of people ready to swap money for booze. While I was thinking that, I come across this terrible glass wall... You know the restaurants on Mott St? or the ones at the Bowery? The ones that have big fish tanks with live fish, you go inside, order the one you want, and pow! it's on your plate.., they were the most unfortunate, it was so grim and creepy, to see these mass of dead and suffocating fish, some were dead for hours, and you could see their bodies floating, piling up one on top of each other in an already crowded little tank...and there were a few grasping for air and looking straight at you, others looked like were feeding on each other..
I actually felt for a fish for the first time in my life...not even Free Willy made me this sad...

Stefano (west village): La radio
Beata solitudo, sola beatitudo si trova scritto nelle Certose e niente come un black out (ma pensate com'è più bello ed efficace lo spagnolo apagòn...) può evocare nel mondo d'oggi la solitudine monastica (se poi è una beatitudine lascio a voi deciderlo). Il computer è morto ieri, ipad e iphone caricati oggi nella stazione di emergenza della biblioteca non riescono a collegarsi alla rete. Niente email, niente facebook, niente web, niente tv, niente telefonate o messaggi con gli amici. Ma se i monaci hanno fatto la loro scelta, noi coatti della solitudine moriamo dalla voglia di sapere cosa sta succedendo là fuori e quanto durerà questo esilio forzato nel medioevo newyorkese. Il mio unico contatto col mondo in queste due lunghe notti è una radiolina Sony a batteria che ho trovato in casa. Era la radio di Julio, il mio compagno giornalista ucciso in Iraq 10 anni fa, l'aveva presa come parte del kit di emergenze suggerito dopo l'11 settembre, ma la usava anche per ascoltare la musica mentre andava a correre. Ovviamente sono sintonizzato su WNYC, la radio pubblica di New York che in questi giorni trasmette solo notizie e tutte le informazioni utili a noi oscurati di South Manhattan. Julio è sempre il mio angelo custode e in queste notti buie mi fa compagnia e mi sta vicino con la voce della sua Sony.


Xavi: Xavi resume el Sandy en Manhattan así http://www.buzzfeed.com/mjs538/even-sandy-cant-stop-new-yorkers-from-being-new-y

Daria (lower east side): Not even the 13th floor is safe from flooding...Apparently there was a surge of water when the power came back and the toilet overflowed and flooded bathroom, bedrooms, hallways and closets...we're at 9th street tonight and hope to finish cleaning tomorrow. We were not the only ones to have this problem and again, given what some people are dealing with now we do still feel very lucky (three days later they cannot go back home, everything is still wet)

Paloma (brookyn): (stolen from her Facebook wall on Nov 3) Hello everyone, it's good to be home and see the kids a Nick and Mailyn. Just to give you and update, the city is a still a mess. The subway only works in some parts of Manhattan or connecting to Queens but not Brooklyn. Many friends and colleagues still don't have power, hot water, heat and water. Nick was volunteering today in Red hook. He helped organize donations to the families in most need. The YMCA next to hokum is a shelter. At least the Marathon has been cancelled so hopefully they will give the water and generators to the families. The worst thing is the 5hr lines to get gasoline, we heard the military is bringing in gas tomorrow. The only allow car with at least 3 passengers to get to Manhattan so people is trying to carpool. Brooklyn is still not connected to Manhattan, We hope it will be open on Monday it all depends if lower Manhattan gets the power back... Otherwise we will have to bike in to work.
We have been sooooo lucky! Take care!


Y es cierto, they have been so lucky, en otros lugares por los que también pasó Sandy la vida es y seguirá siendo muy diferente. En el fondo el efecto Sandy en Nueva York, comparado con Haití, es una gran frivolidad, pero siendo mi ciudad, necesitaba escribir sobre ella. Disculpen el atrevimiento.