Jan 19, 2012

UN HOMBRE SOLO CONTRA STEVE JOBS


Hoy me han encargado escribir sobre la enésima presentación de un producto de Apple. Al contrario de la habitual publicidad encubierta sobre aparatos electrónicos que los periodistas nos empeñamos en convertir en noticia cuando en realidad no dejan de ser eso, objetos a los que les hacemos publicidad gratuita, esta vez Apple simplemente anunciaba una guerra velada: la que su marca le ha declarado al mundo editorial, en concreto al de los libros de educación. Ocurrió hace años también con las discográficas al nacer iTunes. Y como en aquella ocasión, todo apunta a que el ganador será la empresa de ese hombre ya fallecido al que en todas partes han calificado de genio sin pensárselo dos veces.


Claro que aunque Steve Jobs lo fuera en el área del diseño, el marketing y ante todo, los negocios, en el ámbito de la conciencia dejaba mucho que desear. Y un genio sin conciencia para mí pierde toda su genialidad, o al menos gran parte del respeto. Los chinos que fabrican ese iPad que hace temblar al mundo editorial lo saben bien. Lo extraño es que resulta muy difícil encontrar artículos relacionados con Apple sobre la explotación de chinos en sweatshops realizados 'in situ'. La prensa parece limitarse a repicar el informe anual que la empresa publica desde hace seis años (Apple existe desde 1977) y con el que se lava la conciencia dejando claro que investiga y castiga (los números en ese aspecto son bajísimos) las prácticas laborales ilegales de sus suministradores, empresas como Foxconn en las que se trabaja 12 horas al día sin cobrar horas extra, se despide a quienes se quejan,se permite el trabajo de menores etc.

Mike Daisey

El informe más reciente se publicó hace apenas una semana, y mi compañero de pupitre laboral Sandro Pozzi explicó muy bien sus detalles. Pero resulta que hay alguien que sin ser periodista ha explicado mejor que nadie lo que ocurre en esas fábricas porque ha estado allí y ha hablado con esos trabajadores y ahora está consiguiendo que las conciencias de quienes le escuchan tiemblen cada vez que oyen sonar su iPhone. Es Mike Daisey, un actor conocido en Nueva York por sus brillantes monólogos y cuya adicción a los productos de Apple le llevó a embarcarse en una búsqueda personal para entender realmente quién y cómo se hacen esos aparatos de los que él siempre ha sido un devoto.

Foto de Shutterstock.com

El resultado es un intenso monólogo que se podrá ver nuevamente durante todo febrero en el Public Theater de Nueva York titulado 'Agonía y Extasis de Steve Jobs'. Parte de ese trabajo, que relata su viaje a la ciudad de Shenzhen y su encuentro con los trabajadores que fabrican muchos de los 'ingredientes' que componen nuestros ordenadores, teléfonos y otros juguetes electrónicos, se puede escuchar en mi programa favorito de la radio estadounidense This American Life, que emitió hace diez días 'Mr Daisey and The Apple Factory'. Ahí también puede escucharse la voz del periodista Nicholas Kristoff, respetado en muchos foros y con años de experiencia en Asia, defendiendo los 'sweatshop'. No es el único, lo hacen muchos economistas o empresarios que consideran que a los chinos también les toca pasar por la edad media del derecho laboral en beneficio por supuesto de nuestras empresas, porque el efecto colateral es 'positivo': aunque les exploten via 'outsorcing' los chinos en esas fábricas ganan más que trabajando en el campo y eso significa que pueden consumir más, lo cual viene muy bien a la economía mundial, sobre todo ahora que en este lado del mapa consumimos poco por razones obvias.

Pero a Daisey le parece una elección moralmente incorrecta y despreciable (a mí también, pero confieso que escribo esto desde un ordenador Apple) y así se lo hace saber a su audiencia, que se ve obligada a hacerse muchas preguntas que todos nosotros deberíamos hacernos más a menudo. Su monólogo, irónico y brutal (y en el que tampoco salva a su antaño amado Steve Jobs) es una receta infalible contra esos ataques consumistas en los que tras cobrar una deuda o recibir un cheque te dices a ti mismo: creo que necesito un iPad. ¿Seguro?

Jan 9, 2012

What I saw... *part 1

This time in English

Everybody uses the end of the year to talk about the big picture. I'm mostly addicted to the small picture. Since I used the end of December to unplug myself from the world, I am using the beginning of 2012 to travel back through those 2011 images that left an impression on me for different reasons:

TV IS OVER
Last January, tired of enduring news anchors who don't give me any news and watching movies that don't deserve to be watched, I threw away my tv set. Then I went to visit the recently renewed Museum of Moving Image in New York and discovered those beautiful old tv machines. Looking at them made me even happier about my decision: in the XXI century there's no better place for a tv set than a museum. They belong there. Their time (and their content) is definitely over.

PLEASE, HAVE FEAR
Among the many shameful things that we New Yorkers had to cope with since the S11 attacks, I would rate the unwanted pledge 'dear politicians, threat us with fear please' as the top one. The continuous bombing of 'get/ready/for/catastrophe scenarios/' is unbearable. The 10th anniversary of the attacks underlined very strongly that sort of 'emotional pornography' that we have spent ten years enduring. (I wrote extensively about it in this blog). Lucky for us there is people working in that field that in their attempts to be 'creative' they achieve laughable results, such as the 'Preparedeness 101: zombie apocalypse', which I discovered when that very American fear called The Rapture was about to happen.

THE 'CONSUMER EXPERIENCE'
It's the line that has taken over our world. Everything is about the consumer experience. We aren't anything but consumers. 'The experience' is this new and engaging word attached to the act of spending money. It seems to erase all the bad connotations that 'consumer' could have for those who love 'experiences'. In fact, years ago you could go to an art fair such as The Armory Show, and be just 'an art lover', and look at art. This year I found this 'relevant' piece inside the fair. An ATM. Was it there as a piece of art? Not exactly. It worked. It gave me money. From my bank account. I paid a stupidly high amount to have a drink inside the fair, and I didn't enjoy 'the consumer experience' of expensive and awful wine. My fault, I guess because... since when an art fair was about the 'consumer experience'? Didn't it suppose to be about The Art? Try to google 'consumer experience'... It's getting even scarier.

OVERPOPULATION
Some people try to make a difference with their work. I met artist Carlo Sampietro two years ago when he started with his project The Street is in the House: it was about recycling news boxes and transforming them into new things such as an aquarium, a dishwasher, a wine fridge, a terrarium... Now he has a new project, Pop Dogs, a mobile installation that takes the traditional popcorn machine and replaces its edible content with plastic toy dogs as an expression of dog overpopulation in big cities. I saw how he struggled over the whole year to put this project together. Having quit the advertisement world to pursue very engaging art proposals that make his soul happier, I believe he deserves some attention.

WIG CITY
Bourbon, horses and... wigs!! That is what I found in Louisville. I went there to cover the Humana Theatre Festival and my first walk around the city brought me to 4th street. Nobody was able to explain to me why there are so many wig stores in one single street. Some people didn't even know about those stores. I was in awe, the paradise of the wig lover and nobody knew why? Then somebody dared to suggest: "Black women in this city love wigs". And I understood: almost everybody at the festival was white. The cultural racial gap. Such an American curse.

BROKEN DREAMS AND EMPTY WALLETS
The New York view across the UN wouldn't be the same without this familiar Pepsi sign. Behind it, I saw those buildings in construction last winter. They remind me of my country, Spain, where the booming construction industry felt apart three years ago leaving behind a wrecked land of broken dreams, empty wallets and dead construction sites. In the USA, 'paradise mortgage country' became 'subprime mortgage nightmare' and many cities such as Detroit or Las Vegas fell under its spell. Some neighborhoods in New York were hit hard by the mortgage crisis too, but in this city you cannot avoid the view of new skyscrapers reaching up. Gordon Gekko said it clear: 'money never sleeps'. Cranes neither, I would add. Crisis, in this city, is very relative. It depends on who you ask: those 20% of New Yorkers living under the poverty line *around 2 million people, or those 35000 who made more than 1 million a year.

More in the next post...

Jan 4, 2012

2012... here we go!

No sé si esta foto aspira a ser una metáfora del 2012 sobre la que gente muy sesuda como la que habla del fin del mundo y los mayas escribirá panfletos infumables o si se trata simplemente de una foto de mis pies descalzos en una playa de Costa Rica. Uno nunca sabe cómo se puede llegar a interpretar o tergiversar una imagen una vez que entra en el ciberespacio.

Lo que sí sé es que en el Nueva York al que acabo de regresar tendré cero posibilidades de volver a ver mis pies en ese mismo estado de felicidad. Dicho esto solo cabe preguntarse por qué. Digamos que lo normal es vivir en un sitio complicado, trabajar hasta que te duelan los ojos y la espalda durante meses y después viajar brevemente de vacaciones a un lugar sencillo, por lo general caluroso donde la vida, al menos en apariencia, resulta fácil. Pero en esos sitios también vive gente. Es decir, ellos 'viven en las vacaciones' aunque no estén de vacaciones. Y nosotros no. Tras constatar el hecho, surgen ruegos, dudas y preguntas. Y todo un año por delante para contestarlas. Yo, como el mundo, también estoy en crisis. Pero aspiro a seguir viendo mis pies sobre la arena. Feliz 2012!