Nov 17, 2015

Josh Homme, ídolo policial


Esta entrevista con Josh Homme, fundador de los Eagles of the Death Metal y cantante de los Queens of Stone Age, la hice en 2007 para El País. La rescato ahora (no hay link a Tentaciones) porque no recordaba nada de él y me entró curiosidad por saber cómo era y donde se habrá escondido tras hacerse tristemente célebre porque su concierto se convirtió en el epicentro de la carnicería de los atentados de París. Tras releerla me lo imagino perfectamente en su querido desierto californiano y comprendo que haya preferido el silencio a dar entrevistas o hacer declaraciones inútiles. 

IDOLO POLICIAL
Barbara Celis, Nueva York
Joshua Homme es un pelirrojo de rostro travieso, altura desmedida y proporciones un tanto amenazadoras. Pese a ello, sus vaqueros ajustados, sus botas de ‘chupamelapunta’, su camisa a cuadros arremangada y sus tatuajes cutres en blanco y negro no llamarían demasiado la atención sino fuera porque estamos en el bar de uno de los hoteles más pijos de Nueva York, el W de Unión Square. A las ocho de la tarde, hora del encuentro, hay una congregación humana no apta para todos los públicos.  Mujeres con bolsos marrones de abuela marca Louis Voiutton, tacón fino y melena a lo Paris Hilton y ejecutivos recién salidos del trabajo de los que se desatan la corbata, se ahogan en vodka y piden canapés de salmón son una imagen demasiado turbulenta para un rockero de 34 años que lleva desde los nueve detrás de la guitarra, la batería, la vida al límite y el alto voltaje. “Vámonos de aquí, esto apesta” susurra.

Frente al hotel cuatro policías conversan apoyados en un coche. Al salir, el más joven le asalta: “ ¿Tú no eres el cantante de los Queens of the Stone Age?” . “Sí” contesta Homme con timidez. El policía se lleva la mano al bolsillo y contra todo contra todo pronóstico, saca un teléfono móvil con cámara incorporada. “!No me lo puedo creer! ¡Déjame que nos saquemos una foto juntos!” le ruega. Dicho y hecho. El cantante al que durante su adolescencia la policía le rompía el monopatín por el simple placer de hacerlo en Palm Springs (California), en medio del desierto y al que después han arrestado innumerables veces por macarra, posa sonriente junto a este joven oficial como si fuera parte obligada de la promoción de su nuevo y quinto disco, Era Vulgaris. Tras la falsa sonrisa me lleva hasta un bar cercano completamente vacío, compra seis latas de cerveza y comenta con sorna la jugada.

EL PAIS-¿Te pasa esto a menudo?
Joshua Homme- ¡No! Lo normal es que me paren y yo me ponga nervioso y revuelva en todos los bolsillos para asegurarme de que no hay nada ilegal. O que me tomen otro tipo de fotos después de hacer alguna burrada. Pero me alegra de que les guste el rock and roll. Deben ser las nuevas generaciones…

Oct 1, 2015

LA ESCLAVITUD EN UN SELFIE

[Este artículo se publicó originalmente el 8/9/2015 en la revista Ctxt, donde escribo semanalmente]

El día en que el mundo se estremeció ante la foto del pequeño Aylan yo estaba en Roma. Algunos periódicos, pocos, mostraban la dura imagen del niño ahogado, otros, la mayoría, simplemente escribían largos editoriales sobre ella. Los romanos, siempre dispuestos a conversar con la palabra y con el corazón, se echaban las manos a la cabeza. Pero en las calles de la cittá eterna los turistas, ajenos al drama, se hacían fotos con fruición frente al foro romano, piazza Navona o el Panteón. Y pese a viajar en grupos, en pareja o en general, acompañados, la mayoría invertía toda su energía en emular a Kim Kardashian y hacerse múltiples selfies, dejando así constancia de que incluso en Roma, rodeados de gente, familia, amigos e historia, el hombre del siglo XXI prefiere mirarse el ombligo a mirar a su alrededor.

Quisiera creer que quienes pagaban un euro por alquilar un palo de selfie a los abnegados inmigrantes de Sri Lanka y Bangladesh que pueblan los puntos calientes del turismo romano empuñando esas armas diabólicas eran conscientes de que su ego estaba contribuyendo a que quizás una familia comiera esa noche. 

APOCALIPSIS EN MARINA D'OR

[Artículo publicado originalmente el 8/7/2015 en la revista Ctxt, donde colaboro semanalmente]

“!Mamá, huele mal!”. Efectivamente hija mía, Marina D’Or apesta. No hace falta tener la fina nariz de un niño para darse cuenta de que nos rodea la inmundicia. Y no me refiero al olor nauseabundo a cloacas que se sentía en las calles de Marina D’Or el pasado fin de semana. Mientras ustedes deshojaban la margarita del Oxi y el Nai griegos, yo contaminaba mis ojos en Marina D’Or.  “Mamá, huele mal” repetía mi hija mientras avanzábamos en coche hacia el abismo de cemento que cerraba el horizonte y el olor a aguas fecales se colaba por las ventanillas. ¿Qué hacíamos allí? Necesitaba ver para creer. Nunca pensé que diría que sitios como Benicassim podían tener encanto pero después de ver Marina D’Or cualquier destrozo urbanístico de la costa española parece ‘arquitectura gourmet’ comparada con ese pecado capital.

EMPATÍA VACACIONAL

[Artículo publicado originalmente el 30/6/2015 en la revista Ctxt, donde colaboro semanalmente]

Este año he escogido para mis vacaciones un destino arrebatado, cargado de aventuras inesperadas: Grecia. La idea era ir a la playa con la familia a estar tranquilos en una isla pero el proyecto vacaciones se transforma día a día al mismo ritmo que las noticias que escupe el telediario. Nunca he vivido un corralito y la verdad es que la idea de vivirlo como turista me resulta un poco obscena. Ellos no podrán sacar dinero del banco pero yo aterrizaré con un montón de efectivo en el bolsillo. Ellos no podrán utilizar tarjetas de crédito pero yo sí porque mi tarjeta es sinónimo de divisas. Ellos saldrán a manifestarse a diario a favor o en contra del gobierno y yo pensaré en tomar sardinas en la playa. El turismo, así a priori, es un concepto que carece de empatía.

APRENDER A ESCUCHAR

[Este artículo se publicó originalmente en la revista Ctxt el 23/6/2015]

Del vientre de alquiler a la gestación subrogada en menos de 24 horas. ¿Qué me pasa, doctor? Es difícil explicar la transformación lingüistica que se ha producido en mi cabeza, sobre todo teniendo en cuenta la polarización con la que todo parece vivirse últimamente en todas partes. Al humano en general escuchar no se le da bien. Al español en concreto se le da francamente mal. Yo soy un híbrido al que además he de añadir una madre italiana y quince años viviendo lejos de mi país natal. Y a menudo, sí, también me polarizo. Pero para superar prejuicios no hay nada como aprender a escuchar. Y si eres periodista debería ir en tu adn aunque por lo que he leído últimamente por ahí tengo serias dudas de que escuchar esté unido al gen del reportero.

Hace unos meses me alteró mucho descubrir que un conocido iba a gastarse unos 200.000 dólares en un vientre de alquiler. Su pareja no puede concebir. La primera imagen que me vino a la cabeza fue "Año 2030, una fábrica en Tijuana llena de adolescentes mexicanas procreando como conejas para parejas pudientes norteamericanas". No sabía si eso estaba ocurriendo ya o no, pero aún así, fue esa imagen orwelliana la que ilustró la noticia en mi imaginación. "El horror, el horror", pensé mientras se me ponía cara de Marlon Brando en Apocalipsis Now.

JUEGO DE TUITS

[Artículo originalmente publicado el 16/6/2015 en la revista Ctxt, donde colaboro semanalmente]

En ‘Juego de Tronos’ la vida política se ameniza decapitando de vez en cuando a un rival en algún área urbana concurrida, o despellejando vivos a los enemigos en la plaza del pueblo. En el apartado ‘ocio y festejos populares’ también está el placer de ver a alguien luchar por su vida en esa especie de foro romano donde el pueblo se envilece ante la sangre y la Khaleesi palidece como una Maria Antonieta posmoderna. Mientras todo eso ocurre en una ficción escrita sobre los vestigios de nuestros hábitos pasados, en el mundo ‘civilizado’, en cambio, gran parte de los guiones se escriben en Twitter. A nuestra Khaleesi local, Manuela Carmena, no le ha dado tiempo ni de ajustarse las gafas tras ser nombrada alcaldesa que ya le ha tocado asistir a unos sangrientos juegos virtuales donde los leones digitales trataban de fagocitar a su concejal de cultura por unos chistes sobre el holocausto y las víctimas de Eta cincelados online en twitter hace cuatro años.

No hace falta que haga ‘apología del zapatismo’ porque considero que Guillermo Zapata, el ya ex concejal de cultura, se ha sabido defender estupendamente en múltiples foros, tanto en rueda de prensa como en textos al hilo de la polémica y en otros escritos mucho antes donde dejaba constancia de sus reflexiones respecto a esa idea cada vez más compleja llamada humor. Lamentablemente tener argumentos para defenderse de las acusaciones de antisemita sirve de poco frente a los guionistas de la realidad digital. El ensañamiento virtual y el linchamiento al que ha sido sometido en las redes resulta grotesco, incluso aterrador, porque nos demuestra que la civilización ha avanzado muy poco desde los tiempos (ficticios) de Juego de Tronos.

EXTRATERRESTRES

[Artículo originalmente publicado en la revista Ctxt el 2/6/2015]

Existen, están ahí y todos hemos tenido algún encuentro con ellos, aunque otros no nos crean. 'No estoy en Facebook'. 'Me quité de Whatsapp'. '¿Instagram? No, eso, mi hija'. Son seres raros, que suelen mirar a la gente en el metro y te observan extrañados cuando les pides que se callen porque es imperativo sacarle una foto a esa croqueta grasienta. Hay que colgarla de  inmediato en alguna red y que el mundo se entere de la mierda de croquetas que sirven en ese bar en el que habíais quedado para hablar y donde, mientras tú mantenías un monólogo con tu teléfono, él ponía cara de aburrimiento. Un tipo extraño, sin duda.  

Sep 26, 2015

QUERIDA MANUELA

[Artículo publicado originalmente en la revista Ctxt, donde colaboro semanalmente]

Querida Manuela, me hace muy feliz saber que los madrileños te han instalado en la alcaldía de Madrid. A mi no me dejaron votarte. Vivo en el exilio económico, como otros dos millones de españoles, y nosotros no tenemos voz para elegir alcaldes. En teoría sí la tenemos para escoger presidentes comunidad autónoma, pero el PP y el PSOE se encargaron de inventar un nuevo sistema llamado voto rogado del que nadie nos informó con claridad por lo que, aunque registrados en los consulados, esperamos en vano la llegada de las papeletas electorales hasta que descubrimos el pastel. Su error fue poner en práctica el nuevo sistema de cara a las elecciones autonómicas: ahora hay dos millones de españoles dispuestos a movilizarse de cara a las generales para no perder su derecho al voto. Y adivina a quién no votará la mayoría de los que estamos fuera.

Querida Manuela, lloro lágrimas entusiastas porque pese a que aún hay medio millón de madrileños entregados al caciquismo de Esperanza Aguirre serás tú y no ella la alcaldesa y sacarás a Madrid del agujero casposo en el que lleva inmerso 24 años. Baste decir que la primera vez que yo pude votar fue en 1991, cuando aquel señor con aire cansino y como salido de una mala novela del siglo XIX, Álvarez del Manzano, inauguró el reinado negro del PP en la capital. Él era más joven que tú entonces, y sin embargo, gobernaba (y se expresaba) como si tuviera 200 años.

Querida Manuela, tú no eres vieja. Ni siquiera eres mayor. En nuestra sociedad ser biológicamente joven se ha convertido en una virtud sobrevalorada. 

JURASSIC LONDON

[Este artículo se publicó originalmente en la revista Ctxt, donde tengo una columna semanal]

A veces sueño con una vida jurásica en la que poder desayunar dinosaurio a la plancha con ensalada de ortigas, conducir un tronco-móvil como los Picapiedra  y no tener más preocupación que la de tumbarme al sol y sobrevivir hasta mañana sin que me devore un brontosaurio. El pasado domingo mi sueño casi se hizo realidad al poder pasearme precisamente entre ‘dinos’ gigantes por uno de esos lugares que no aparecen en las guías turísticas y de los que sólo los vecinos de un barrio suelen disfrutar. El parque de Crystal Palace en el sur de Londres es uno de esos maravillosos secretos que todas las grandes ciudades del mundo atesoran y a los que a menudo sólo se llega por una mezcla de curiosidad y casualidad.



El parque toma el nombre de la construcción que en 1851 sirvió como contenedor a la Exposición Universal de aquel año. Originariamente el palacio de cristal estaba en Hyde Park, donde se celebró aquel evento, pero en 1856 se lo llevaron a estas colinas del barrio Sydenham Hill y allí estuvo aquella impresionante construcción firmada por Joseph Paxton hasta que un incendio la destruyó en 1936. En su momento fue el edificio con mayor cantidad de cristal del planeta pero de aquel bello espectáculo ya no queda nada. En lo que hoy se llama Crystal Palace Park, antes conocido como Penge Common, hay claros rastros de la planta en piedra y sobreviven las escalinatas que daban acceso al edificio. Nada más. Bueno sí, te puedes encontrar algunas esfinges egipcias con más de un rasguño mirando impertérritas hacia el infinito y también una antena de televisión hecha a imagen y semejanza de la Torre Eiffel.

Sep 25, 2015

NÚMEROS

Abro un periódico (¡sí! ¡de papel!) y leo: "Miramos el teléfono cada veinte minutos". Es una noticia minúscula llena de números de procedencia poco clara pero todos dan vértigo. Según un estudio en Gran Bretaña miramos el teléfono cincuenta veces al día, lo que equivaldría a dos horas y trece minutos diarios o lo que es peor, 35 días al año. Me parece un exceso pero plausible y sobre todo, dramático. Peor aún, vergonzoso. ¿Es posible que el año pasado me haya pasado más de un mes pegada a mi teléfono móvil? ¿Puedo realmente ser tan idiota? Aprieto los dientes y admito mi derrota: es muy posible que así sea. Me consuelo con la siguiente cifra: los británicos, de media, invierten 35 minutos a la semana en hacerse 'selfies'. Afortunadamente esa adicción yo no la tengo. Me basta con preguntarle a padre Google absolutamente todo, con dejarme los ojos leyendo artículos en una mini pantalla mientras Londres desfila frente a mí en el metro y yo no me entero o con descubrir en Facebook qué le interesa a gente con la que no he cruzado jamás una palabra fuera de la realidad virtual. Claro que hay otro número aún peor: el 8% de los consultados, sobre un total de 2000, renunciarían al sexo con tal de poder mirar su teléfono. Quiero llorar.

LA MAYORÍA ABSOLUTA DE CAMERON AGUDIZA LA HERIDA EUROPEA

[Reportaje publicado en la revista Ctxt tras las elecciones británicas el 5/5/2015]

“¿Qué coño está pasando? ¿Cómo hemos podido meter tanto la pata?” Imposible expresarlo de forma más directa y recoger así el sentimiento general que se respiraba en la noche del jueves en la London School of Economics, donde se había organizado una fiesta electoral condimentada con la presencia de múltiples expertos que analizarían al minuto para prensa y estudiantes los resultados de encuestas a pie de urna y votos. La pregunta la lanzaba sin pudor Charlie Beckett, jefe del departamento de Media y Comunicación de la nombrada universidad y refleja muy bien la sorpresa del ciudadano medio británico tras conocer los resultados de las elecciones del 7-M. “Estoy muy confundido. Se supone que soy un experto en comunicación política, en campañas electorales. Llevo meses discutiendo sobre los resultados de las encuestas, he escrito minuciosos análisis de qué ocurriría tras las elecciones, iba a ser un empate técnico de difícil resolución y nada de nada ha funcionado. Sin duda la frase de la noche es ‘si las encuestas a pie de urna no se equivocan….’, pero parece que no se han equivocado y ahora hay que preguntarse por qué nos hemos equivocado todos los demás”.

CERVECISMO ELECTORAL

[Columna de opinión publicada en la revista Ctxt el 5/5/2015. Publico una cada semana donde comento la actualidad británica o española]

Un tipo con cara de universitario y una ‘pinta’ de cerveza en la mano me mira desde un panfleto electoral que reparten en la puerta del supermercado. Es Richard Hendron, el joven candidato del UKIP para los barrios de Londres Brentford y Isleworth y no tiene muchas posibilidades de ganar en las elecciones del jueves, por no decir ninguna. Saberlo me reconforta. En este país donde el alcohol hace estragos y puedes ver sus efectos cada fin de semana en el último metro del día asistiendo a escenas de ciencia ficción que no cabrían ni en las memorias de los replicantes de Blade Runner, que los candidatos ‘se vendan’ abrazados a un vaso de cerveza es una metáfora de lo simplona que puede ser a veces la política. Y los votantes. Por suerte, o por desgracia, este barrio es muy conservador así que no van a echar a una señora muy seria llamada Mary Macleod para poner en su lugar a un ex policía que va de guaperas y que ingiere líquidos como parte de su programa electoral –y, sólo un detalle, promete quitar el carril bus para mejorar el tráfico de la ciudad...-.

Sep 24, 2015

LAS URNAS MÁS INCIERTAS

[Reportaje publicado en la revista Ctxt el 30/4/2015 con motivo de las elecciones generales británicas]

Oficialmente, y según dice el primer ministro británico, David Cameron, los números macroeconómicos, esos que siempre preocupan a los contables de gobiernos y grandes instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), son magníficos. Los tories, en coalición con los liberal demócratas de Nick Clegg, sacaron a su país de la recesión en 2012, lo pusieron en una frondosa senda de crecimiento con ritmos de hasta el 2,6% anual, redujeron el déficit estructural, que se disparó durante la crisis financiera y fueron incluso capaces de reducir el paro hasta obtener las cifras más bajas de la historia del Reino Unido, el 6%, además de crear 1,8 millones de empleos.

Pero hay otra manera de mirar hacia esos números y es a través de la lente de la realidad, ésa que se le suele escapar a quienes se sientan en la burbuja impenetrable del gobierno y que hoy amenaza, de cara a las elecciones del próximo 7 de mayo, la supervivencia de la coalición conservadora. En España Zapatero se equivocó al contestar a la pregunta del precio del café, pero en el Reino Unido a David Cameron se le atragantó una mucho más dura durante una entrevista reciente en televisión: ¿Cuántos bancos de alimentos hay hoy en el Reino Unido en comparación con los que había en 2010? “Entonces había 66 y ahora son 429” - más de un millón de personas han recurrido a ellos durante el último año-.

Cameron no fue capaz de contestar, tuvo que hacerlo quien le hizo la pregunta, el tenaz periodista Jeremy Paxman, quien también le puso contra las cuerdas al preguntarle si podría vivir con un contrato de ‘cero-horas’. El contrato-modelo de moda en el Reino Unido es el sueño húmedo de cualquier empresario: no compromete a un mínimo de horas de trabajo, no cubre ningún tipo de beneficio social pero obliga al trabajador a estar siempre disponible. “No”, admitió entre dientes Cameron, “no podría”.

Jul 10, 2015

EL ARTE DE LA TRAICIÓN


[Columna de opinión publicada en la revista Ctxt el 28/4/2015. Aquí el link a la original. Publico una cada semana donde comento la actualidad británica o española]

Me gusta el arte y me interesan los artistas. A principios de siglo no eran especialmente glamurosos pero llegó Jeff Koons con su Cicciolina, sus langostas hinchables y su ejército de relaciones públicas y después Marina Abramovic con su discurso new age avalado por el MOMA y dirigido a enamorar millonarios neoyorquinos y el arte y los artistas se convirtieron en objeto de deseo. Obviamente estoy generalizando: el arte no se puso de moda sólo gracias a ellos. El efecto Guggenheim y sus docenas de derivados, con la consiguiente inyección económica de gobiernos locales y nacionales para que descubriéramos los nuevos museos firmados por ‘stararchitects’, más los billetes low cost, pagados gracias al boom del ladrillo por bolsillos que antaño no podían viajar, contribuyeron a crear esa sensación que aún hoy permanece de que es imperativo (y cool) ver museos y exposiciones. Además las ferias de arte se multiplicaron y los nuevos ricos encontraron en ellas nuevas formas de inversión alejadas de los riesgos de la bolsa, además de amigos sin corbata con los que salir a cenar y parecer menos señores. Total que hoy el arte hace caja, a pesar de la crisis, y las exposiciones blockbuster son el pan nuestro de cada museo, lo cual facilitan que bajo el rótulo de arte te intenten colocar cualquier cosa.

Jul 8, 2015

SUELDOS FELICES

[Continúo aquí la publicación de mis columnas de opinión que semanalmente aparecen en la revista Ctxt. Ésta se publicó el 21/4/2015. Aquí el link al artículo original]

No hace falta mucho dinero para comprar la felicidad, sólo un poquito, pero es posible que Rodrigo Rato no lo supiera. Seguramente la avaricia no habría roto el saco del ex vicepresidente económico y ex director gerente del FMI, hoy bajo investigación por defraudar a hacienda y blanquear capitales, si se hubiera leído el ensayo sobre la felicidad que el premio nobel de economía Daniel Kahneman publicó en 2010. Este psicólogo con muchos menos conocimientos sobre economía que Rato, ganó el Nobel en esa materia en el año 2002 por aplicar lo que sabía sobre psicología a la teoría económica y probar que muchas de las decisiones monetarias que el individuo toma en su día a día a menudo carecen de lógica y están motivadas por intereses personales contrarios a la racionalidad de los números.

No sé si Kahneman ya entonces tenía información privilegiada sobre los movimientos empresariales y bancarios de Rato pero sin duda muchas de sus teorías podrían valer para explicar el berenjenal en el que se ha metido este hombre que gracias a José María Aznar no llegó a convertirse en presidente de nuestro país. Para que luego digan algunos desagradecidos que aquel señor bajito, mediocre, antipático, con ínfulas de grandeza y demasiado bigote no hizo cosas buenas por España. Josemari nos ha librado del que pudo ser el Berlusconi español, aunque a cambio nos calzó a Rajoy...

HOLOGRAMAS S.A.

[Ante la falta de tiempo para bloguear continuo la publicación aquí de mis columnas para Ctxt. Esta se publicó el 14/4/2015. Aquí el link al artículo original]

El busto de Edward Snowden amaneció desnudo una mañana helada de lunes santo en un parque de Brooklyn (Nueva York). Con su raya a un lado y sus gafas de adolescente empollón, su pecho y su cabeza aparecieron sobre una columna que forma parte del monumento Prison Ships Martyrs, dedicado a unos miles de prisioneros estadounidenses fallecidos durante la guerra de independencia americana en los barcos-prisión británicos. "Sería una falta de respeto para quienes son homenajeados aquí no alabar a quienes protegen los ideales por los que ellos lucharon, como Edward Snowden, que nos ha mostrado como la NSA (Agencia de Seguridad Nacional estadounidense) ha violado la cuarta enmienda [de la constitución] con sus programas de espionaje". Son las palabras que proclamaron los autores anónimos de la escultura dedicada al 'chivato' (qué mala traducción tiene el idioma español para whistleblower) que le contó al planeta que las agencias de seguridad nacional de Estados Unidos y Gran Bretaña espían a sus ciudadanos y al resto del mundo con total impunidad y a una escala sin precedentes.

Jun 19, 2015

OMERTÁ PERIODÍSTICA

[Artículo encargado por la revista Ctxt sobre la dimisión del periodista Peter Oborne tras denunciar los trapos sucios que unían al banco HSBC con el diario The Telegraph. Publicado en abril de 2015. Aquí el link al original]

La omertá es el código de honor siciliano que rige el comportamiento de los miembros de la mafia y que impone una ley del silencio sobre los delitos cometidos por ‘el gremio’. ¿En qué momento llegó la omertá a los periódicos? Como a estas alturas ya es difícil ponerle fecha hablemos de alguien que ayer rompió la ‘omertá periodística’ de forma explosiva y más allá de los 140 caracteres con los que los reporteros creemos denunciar cosas de periodistas en (el bar) de Twitter . Peter Oborne, el ácido corresponsal político del diario conservador Daily Telegraph, ha dimitido y ha decidido explicar el por qué en una larga carta que a partir de ahora deberían repartir en todas las facultades de periodismo el primer día de clase. O insertarla en los periódicos como primera entrega de un coleccionable sobre ética.

El lector avezado sabrá hacer la conexión entre el ex periódico de Oborne y sus mímesis españolas en relación al diverso tratamiento informativo recibido por los paraísos fiscales (para ricos) creados por el brazo suizo de HSBC y denunciados por otro ‘arrepentido’, Hervé Falciani.  “La cobertura sobre HSBC del Telegraph es un fraude para sus lectores. Ha colocado lo que se percibe como los intereses de un gran banco internacional por encima de su deber de informar. Sólo hay una palabra para describir esta situación: terrible. [….] Necesitarías un microscopio para descubrir la cobertura (de la lista Falciani) en el Telegraph: nada el lunes (a las pocas horas de publicarse en primera página en periódicos de todo el planeta) , seis breves párrafos al final de la página 2 el martes, siete párrafos ocultos en las páginas de economía el miércoles. La cobertura del Telegraph sólo creció cuando aparecieron alegaciones sobre los asuntos fiscales de personas relacionadas con el partido laborista” dice en su carta.

LECCIONES DE 'PENEDISMO'

[Dentro de la serie Cosmópolis de la revista Ctxt publico semanalmente una columna de opinión. Aquí reproduzco la del 13 abril 2015. El link a la original aquí]

Era un breve sepultado entre las noticias internacionales del periódico. “Primer trasplante de pene realizado con éxito en Sudáfrica”. Un tema menor se diría a juzgar por el espacio que le dedicaba el sábado The Guardian en su edición de papel, donde se vuelca, según algunos entendidos en periodismo, sólo lo importante. Si los hombres no se pasaran su adolescencia midiéndosela en el cuarto de baño y alardeando de tamaño entre ellos, y su madurez llorando por las esquinas ante la disfunción eréctil y consumiendo viagra como aspirinas, yo entendería perfectamente las escasas diez líneas dedicadas al tema pero, no nos engañemos, en este mundo el pene es dios, ¿cómo es posible que esa noticia fuera sólo un breve?

Cada trasplante de algo –manos, cara, brazo- se celebra en las páginas de ciencia de la prensa con exhaustivos detalles así que aquí debería haber ocurrido lo mismo ¿no? En ese periódico se dedicaba una página entera al look que define la nueva masculinidad de los egipcios.

RECORDAR A LA FUERZA

[Como sabéis estoy publicando aquí mis columnas de opinión para Ctxt. Ésta se publicó el 31 marzo 2015. Aquí el link a la publicación original.]


Cuando te encuentras de frente con ese odioso y temido personaje llamado muerte te haces millones de preguntas inútiles que se repiten a lo largo del tiempo. ¿Cómo es posible? ¿qué ocurrió? ¿se podría haber evitado? y sobre todo ¿por qué?… Esas preguntas a veces también te las haces cuando el que se va no es parte de tu familia o de tu vida pero muere de forma tan incomprensible y despiadada como lo hicieron las 150 personas que volaban de Barcelona hacia Düsseldorf y que nunca llegaron a su destino. La mayoría de nosotros no les conocíamos, no teníamos ningún tipo de relación con ellos, eran desconocidos en un avión que un tipo supuestamente enfermo de egoísmo estrelló en Los Alpes. Lo único que nos diferencia de ellos es que tuvimos más suerte.

Cualquiera podría haber estado en ese avión. Sentimos una enorme empatía hacia sus familias porque podrían ser las nuestras y lloramos al saber de sus mundanas vidas porque podrían ser las nuestras. Leemos voraces los detalles en periódicos, donde la acuciante necesidad de seguir aportando información a veces roza el ridículo, como en este artículo en el que un alcalde dice que el padre del homicida se siente “completamente abatido”. Dan ganas de hacer un chiste de mal gusto.  ¿Cabe la posibilidad de que alguien que acaba de perder a un hijo al que además el mundo entero apunta como a un asesino sin escrúpulos se pueda sentir de otra manera? ¿Era necesario convertir esa frase en titular, esa información en noticia?

Es lo que yo defino como pornografía emocionalLo sufrí en primera persona durante una década en Nueva York cada vez que se acercaba el aniversario del 11S. Y como periodista, a veces incluso me tocó, de una u otra manera, contribuir con mi trabajo a alimentarlo. 

LAS 'SEÑORAS DE' Y EL BOCHORNO

[Continúo la reproducción de mis columnas de opinión para la revista Ctxt. Ésta se publicó el 24 de marzo 2015. El link a la columna original aquí]

Los políticos sólo se acuerdan de las mujeres cuando llegan las elecciones. No me refiero sólo a las votantes sino a las que duermen junto a ellos cada noche. Las señoras de.  Se ha encargado de recordármelo Frank Underwood (Kevin Spacey para los no conversos) en la tercera temporada de House of Cards, donde su mejor baza ante las primarias de su país es su mujer, la gélida Claire, a la que pasea por sus mítines a modo de florero parlante que entusiasma a las hordas en los minutos previos a sus apariciones públicas. En el mundo real estos días sucede algo parecido. En el Reino Unido, donde se preparan para las elecciones generales del 7 de mayo, los candidatos de los principales partidos del país le han cambiado el agua al florero en el que habitualmente flotan más o menos calladas sus esposas y lo han expuesto al sol de sus campañas para ver si ellas, como Claire,  les ayudan a arañar algunos votos.

De momento no se han subido a los escenarios aunque es muy probable que empiecen a hacerlo en breve. Lo que sí hemos sufrido durante los últimos meses ha sido el goteo de declaraciones en la prensa de mujeres con profesiones sólidas como Justine Miliband, esposa del candidato laborista Ed Miliband o Samantha Cameron, esposa del primer ministro David Cameron, a las que la maquinaria electoral reduce, con la inestimable ayuda de los periodistas (a menudo de género femenino), a ‘mujeres de’ en campaña. Y la línea del discurso suele destilar un tono tan ñoño y estereotipado que resulta increíble que en pleno siglo XXI aún siga siendo efectiva. “David es un padre fantástico y un hombre maravilloso. Estoy orgullosa de él porque tiene un trabajo muy estresante que conlleva mucha responsabilidad y lidia con todo estupendamente”. ¿De verdad que el votante tiene tiempo y estómago para escuchar a Samantha Cameron convirtiendo la nada en entrevista

Jun 3, 2015

DISCRIMINACIÓN SILENCIOSA

[Continúo la reproducción de mis columnas de opinión para la revista CTXT. Aquí la publicada el 10 de marzo de 2015. Éste es el link a la original.]

Albert Maysles, inventor de la empatía cinematográfica, el hombre que nos enseñó que un documental podía ser, simplemente, capturar el fluir la vida frente a la cámara, como hizo en su ya mítica ‘Grey Gardens’, falleció el pasado 5 de marzo dejando tras de sí más de cincuenta títulos en su mayoría esenciales para los enamorados del cine documental. Son películas como ‘Gimme Shelter’, sobre el tour de los Rolling Stones que acabó en el trágico concierto de Altamont, donde un fan fue apuñalado frente a la cámara, o ‘Salesman’, un retrato tan triste como realista de la vida de los vendedores de biblias a domicilio, pasando por la dolorosa y tierna instantánea de Big Edie y Little Edie, las primas de Jacqueline Onassis, inmortalizadas por su cámara existiendo al margen del mundo en una mansión en decadencia en los Hamptons en ‘Grey Gardens’. 

Leslee Udwin, directora de ‘Indias’ Daughter’, no es Albert Maysles y no tiene su talento ni su sutileza. Pero en el universo del documental, no sólo pesa la voz del autor sino el material que ha sido capaz de conseguir y a veces eso basta para entregarnos un documento excepcional. Su documental sobre el asesinato de Jyoti Singh, la estudiante de 23 años que murió tras ser violada y prácticamente despedazada por cinco hombres en un autobús en Delhi en diciembre de 2012, ha abierto una guerra entre la BBC y el gobierno indio, que ha censurado la emisión del filme. La batalla desatada ha sido de tal proporción que la BBC decidió adelantar del día 8 al día 4 de marzo la emisión de la película en el Reino Unido por miedo a las presiones que el gobierno indio estaba ejerciendo sobre el británico. No obstante censurar imágenes en el siglo XXI siempre es contraproducente, como bien sabe TV3, que cortó unos minutos del documental Ciutat Morta para encontrárselos íntegros a las pocas horas en Youtube.

ARTISTAS EN FUGA, CIUDADES MUERTAS

[Reproduzco aquí mi quinta columna para Cosmópolis, mi serie de opinión en CTXT, publicada el 24 de febrero. Aquí link al artículo original. ]

Es una palabra que está de moda pero cuando la escuché por primera vez ‘gentrificación’ sólo se utilizaba en países anglosajones. Claro que estoy hablando de aproximadamente hace quince años, cuando España aún no había empezado a experimentar los efectos de este virus que no sólo ya ha sido el culpable de la muerte de varios barrios insignes de Madrid, Barcelona y otras ciudades si no que recorre las arterias de docenas de urbes del planeta donde el ladrillo y quienes especulan con él han adquirido tanto poder que este palabra que viene del inglés, que aún no está incluida en el diccionario de la RAE y para la que nadie ha encontrado una traducción apropiada - ¿aburguesamiento? ¿elitización?- es el pan nuestro de cada día.

Igual que las armas de destrucción masiva que (no) había en Irak tenían efectos colaterales, la gentrificación provoca, en su etapa culminante, además de la disneylandización de los barrios que la sufren y el desembarco de sospechosos vecinos de billetera rebosante que antaño no se habrían atrevido ni a visitarlo sin bajarse de un taxi, la desaparición de un grupo de seres que al ser expulsados de la geografía local alimentan involuntariamente la construcción de un paisaje monocromático que convierte el siglo XXI en una sucesión de ciudades casi idénticas. Sí, hablo de ‘los artistas’, esos que para los nuevos inquilinos del centro sólo cuentan si firman cuadros de 30 millones de libras – el último precio alcanzado en una subasta por una obra Gerhard Richter- y para otros son el alma que contribuye a que nuestras urbes sean un poquito menos aburridas.

¿Quién no hubiera querido pasearse por el Soho neoyorquino de Gordon Matta Clark y comer en su restaurante Food? ¿O escuchar un concierto en el Bowery de Patti Smith y Los Ramones en Nueva York? ¿O incluso conocer el Shoreditch de finales de los ochenta, cuando Damien Hirst aún no era una celebridad sino un artista en ciernes que organizaba exposiciones locas en un barrio del este de Londres que asustaba a los ciudadanos de buena familia? Es cierto, no hay que ser inmovilistas ni nostálgicos en exceso pero cuando en vez de punks en Camden o Chelsea tenemos a oligarcas rusos como Roman Abramovich invirtiendo 100 millones en una casa y cuando en vez del menú de artistas de Matta Clark tenemos ‘wine bars’ tan sosos que dan ganas de liarse a romper botellas en su interior a ver si alguien da muestras de sentir algún tipo de emoción, es que nuestras ciudades han entrado en la espiral de ‘gentri-decadencia’.

May 5, 2015

LA BIBLIOTECA

Reproduzco aquí mi cuarta columna de la serie Cosmópolis publicada el 17 de febrero de 2015 en la revista CTXT. Aquí el link al artículo original.

Es un sonido gutural, doloroso, como ese aullido roto e histérico de los zorros en celo que a veces te sobresalta en medio de la noche en Londres. Se mezcla con sonidos molestos de fluidos inconfundiblemente humanos, seguidos de un suspiro. Después, el silencio vuelve a invadirlo todo. Él también acude a la biblioteca todos los días. Podría tener setenta años aunque quizás tenga cincuenta, o sesenta. Sus canas pegajosas, su gabardina negra y sucia y sus gafas con muchas dioptrías sugieren que la vida le ha querido poco y le ha robado años. Solo lee periódicos y a una distancia peligrosamente cercana a sus ojos. Pero la mayoría de las veces es su cara la que está pegada a las noticias impresas, siestas largas sobre el Daily Telegraph que agradezco inmensamente porque los quejidos intermitentes de su cuerpo me obligan a pensar en demasiadas cosas que no quiero.

Trabajo a diario en una biblioteca de barrio en Londres porque mi hija aún no entiende que su madre, como todo periodista freelance, trabaje en casa así que me toca huir. Dicen que las bibliotecas están destinadas a extinguirse, como los videoclubs. Es difícil ver a alguien con un libro en la mano. La mayoría de mis compañeros de planta son estudiantes que acuden allí con su ordenador y que rara vez consultan el papel. Todo lo buscan online, como yo. Mientras, las estanterías acumulan polvo. Yo lo prefiero al olor a café requemado de Starbucks, la nueva biblioteca para freelances de la era de la globalización. Es cuestión de gustos y de silencios (interruptus).

Mar 11, 2015

LA IDEOLOGÍA DEL BIENESTAR

[Reproduzco aquí mi tercera columna de la serie Cosmópolis para la revista ctxt.es, publicado el 10 de febrero de 2015. Aquí el link al artículo original.]

La ideología del bienestar. Vivimos tiempos confusos. Y la gente está confundida. O quizás sea yo. Me gusta poco que todo el mundo a mi alrededor haga deporte como si les fuera la vida en ello. Y encima suden con estilo. Yo soy de las que utiliza el mismo chándal roñoso desde hace años y una camiseta fea y grande en la que esconder mi chichilla lateral. Ellos no, a veces incluso parece que en vez de correr y ahogarse, como me ocurre a mí, disfruten. Pero si sólo fueran ellos… Lo de la vida sana es una plaga y no puede acabar bien. Ya fue una mala señal que desaparecieran de las redacciones el tabaco y el whisky. Y así le va ahora al periodismo. Pero lo del detox, el wellness, el yoga, el apio, el gluten o los blogs dedicados a todo ello en la prensa mundial es un despropósito. Y empieza a haber pruebas serias de ello.

En mi barrio londinense, de clase media bien, mujeres con hijos duplicados y ojeras hasta el suelo se gastan cifras innombrables en productos "sanos" en tiendas cuya abultada facturación diaria me invita a plantearme si debería abandonar mi profesión y abrir una franquicia. Hasta que leo, qué irónico, en uno de esos blogs de cuya existencia me quejo, que la FDA, el organismo que regula las medicinas y la alimentación en Estados Unidos, se ha puesto a analizar el contenido de muchos de esos productos denominados "suplementos alimenticios" y dentro no hay nada que se parezca a lo que rezan sus etiquetas. El Gingko Biloba, que supuestamente ayuda a la memoria, no es tal, es polvo de arroz. En el Ginseng, no hay ginseng. En la Echinacea, tan apañada ella para la gripe, no hay nada con ese nombre. En la Valeriana sólo hay espárragos, zanahoria y guisantes. Mejor no sigo porque yo también he pagado un riñón alguna vez por estos productos.

Afortunadamente hay gente sensata que se ha puesto a reflexionar sobre esta obsesión global por la salud, como el profesor André Spicer, de la Cass Business School de la City University of  London , que ha escrito al alimón con Carl Cederstörm, de la Universidad de Estocolmo, el libro The Wellness Syndrome. Su objetivo es alertar sobre los riesgos que entraña una sociedad en la que cuidarse, estar sano y buscar la felicidad en el deporte o la meditación están empezando a convertirse en dictadura. Cuando el cuerpo es la única verdad, se corre el riesgo de caer en el nihilismo, advierten, con la consiguiente desaparición del compromiso político y el yo como único valor en la vida. Además, esa presión por ser/estar sanos te puede hacer sentir mal si no consigues cumplir tus propias expectativas. Pero, lo que es aún más grave, "se está imponiendo la idea de que una persona que es sana y feliz es moralmente una buena persona mientras que quien no se cuida tiene fallas morales", escriben.

FUNDIDO A NEGRO

Reproduzco aquí mi segunda columna de la serie Cosmópolis para la revista CTXT.ES publicado el 3 de febrero de 2015. También os dejo el link al artículo original.

Fundido a negro
El rostro de mármol que preside el arco de entrada de la Tate Britain está partido por la mitad. Le falta la boca, la barbilla y media nariz y el pelo está contaminado: le delata la negrura sucia de sus rizos. Podría leerse como una metáfora del estado de esta institución pero eso sería forzar la máquina de la poesía y tampoco hay que exagerar. No obstante, hay un grupo de gente cada vez más amplio que piensa que tanto la Tate Gallery (en todas sus sedes) como otras grandes instituciones culturales británicas sufren heridas morales que es urgente reparar y que manchan de negro su reputación.

El pasado sábado, bajo esa lluvia impertinente que con frecuencia entristece Londres, los ojos de esa escultura escrutaban a los diversos visitantes que esperaban a las puertas de este museo a que dieran las diez para poder entrar. Entre ellos había siete personas que vestían de negro y llegaron por separado. En ningún momento se dirigieron la palabra pero todas ellas se encaminaron hacia el mismo lugar: el bar de los socios de la Tate. Uno a uno enarbolaron sus carnés frente a una joven recepcionista y fueron tomando posiciones en los balcones interiores de este bar situado en el último piso del museo y desde el que hay una espectacular vista de la escalinata y la rotonda de la institución. Poco después, con los guardias de seguridad aún despegándose las legañas de los ojos y los primeros visitantes caminando sin rumbo, se colocaron unos velos negros sobre el rostro y comenzaron a lanzar billetes al aire.


Ésta ya no era una lluvia triste como la de afuera sino más bien una cascada inesperada de emociones, incomprensible para los turistas, enervante para los empleados de la institución y "muy poderosa" para uno de sus creadores, como la definió al terminar. Verles lanzar lentamente sus billetes de 20 libras del Banco Tate en una performance que duró unos veinte minutos fue extrañamente tranquilizador, y hubo hasta quien pensó que era parte de la programación del museo, sobre todo porque a mitad de espectáculo comenzó a sonar música clásica. No era parte del guión, en realidad provenía de una prueba de sonido en otra sala cercana, pero se coló en la performance en el instante preciso.

BURKAS EN SELFRIDGES

[Esta columna inauguró mi serie semanal Cosmópolis en ctxt.es el 25 de enero de 2015. Aquí el link a la original. No dejéis de explorar esta revista independiente y con muy buenos periodistas.]

Burkas en Selfridges
Cuenta la leyenda que fue Harry Gordon Selfridge, fundador de los británicos almacenes Selfridges, quien acuñó la frase “El cliente siempre tiene la razón”. En Londres los clientes que atraviesan los luminosos espacios de este templo del consumo con 106 años de historia no sólo tienen la razón, lo que suelen tener es la billetera rebosante así que los empleados se entregan a ellos sin contemplaciones. Al parecer a nadie le sorprendió ver a seis mujeres vestidas íntegramente de negro y con burka paseando por el área de joyería un verano reciente. Cuando estaban a punto de ser atendidas con la devoción que caracteriza al empleado británico de ese tipo de comercios, las mujeres, que resultaron ser hombres, británicos y hasta católicos, empuñaron unas hachas que escondían bajo sus vestidos, rompieron varias vitrinas y huyeron con un botín de relojes por valor de dos millones de euros. Eran ladrones comunes y su única relación con el extremismo islámico eran sus disfraces.