Esta entrevista con Josh Homme, fundador de los Eagles of the Death Metal y cantante de los Queens of Stone Age, la hice en 2007 para El País. La rescato ahora (no hay link a Tentaciones) porque no recordaba nada de él y me entró curiosidad por saber cómo era y donde se habrá escondido tras hacerse tristemente célebre porque su concierto se convirtió en el epicentro de la carnicería de los atentados de París. Tras releerla me lo imagino perfectamente en su querido desierto californiano y comprendo que haya preferido el silencio a dar entrevistas o hacer declaraciones inútiles.
IDOLO POLICIAL
Barbara Celis, Nueva York
Joshua Homme es un pelirrojo de rostro
travieso, altura desmedida y proporciones un tanto amenazadoras. Pese a ello,
sus vaqueros ajustados, sus botas de ‘chupamelapunta’, su camisa a cuadros
arremangada y sus tatuajes cutres en blanco y negro no llamarían demasiado la atención
sino fuera porque estamos en el bar de uno de los hoteles más pijos de Nueva
York, el W de Unión Square. A las ocho de la tarde, hora del encuentro, hay una
congregación humana no apta para todos los públicos. Mujeres con bolsos marrones de abuela marca Louis Voiutton,
tacón fino y melena a lo Paris Hilton y ejecutivos recién salidos del trabajo
de los que se desatan la corbata, se ahogan en vodka y piden canapés de salmón
son una imagen demasiado turbulenta para un rockero de 34 años que lleva desde
los nueve detrás de la guitarra, la batería, la vida al límite y el alto
voltaje. “Vámonos de aquí, esto apesta” susurra.
Frente al hotel cuatro policías conversan
apoyados en un coche. Al salir, el más joven le asalta: “ ¿Tú no eres el
cantante de los Queens of the Stone Age?” . “Sí” contesta Homme con timidez. El
policía se lleva la mano al bolsillo y contra todo contra todo pronóstico, saca
un teléfono móvil con cámara incorporada. “!No me lo puedo creer! ¡Déjame que
nos saquemos una foto juntos!” le ruega. Dicho y hecho. El cantante al que
durante su adolescencia la policía le rompía el monopatín por el simple placer
de hacerlo en Palm Springs (California), en medio del desierto y al que después
han arrestado innumerables veces por macarra, posa sonriente junto a este
joven oficial como si fuera parte obligada de la promoción de su nuevo y quinto
disco, Era Vulgaris. Tras la falsa sonrisa me lleva hasta un bar cercano
completamente vacío, compra seis latas de cerveza y comenta con sorna la
jugada.
EL PAIS-¿Te pasa esto a menudo?
Joshua Homme- ¡No! Lo normal es que me
paren y yo me ponga nervioso y revuelva en todos los bolsillos para asegurarme
de que no hay nada ilegal. O que me tomen otro tipo de fotos después de hacer
alguna burrada. Pero me alegra de que les guste el rock and roll. Deben ser las
nuevas generaciones…