Mar 20, 2012

EL EFECTO DAISEY, FALSO PERIODISMO Y UNA DISCULPA A MIS LECTORES

Hace un par de meses le dediqué un post al dramaturgo Mike Daisey y a su obra de teatro 'The Agony and ecstasy of Steve Jobs'. La descubrí a través del programa de radio This American Life, donde además de reproducir un fragmento de una obra que en esos momentos podía verse en Nueva York - también fui a verla- entrevistaban a su autor y a varios periodistas que han escrito sobre las condiciones laborales en China. En su monólogo Daisey mezcla su admiración por los productos Apple con su desencanto y su disgusto al descubrir tras un viaje a China, las condiciones laborales de los miles de trabajadores de las cadenas de montaje de Foxconn, uno de los principales proveedores no solo de Apple sino de la mayoría de las empresas de electrónica occidentales.

El monólogo, tal y como lo presentaba This American Life y tal y como Daisey lo introducía en el teatro, estaba íntegramente basado en hechos reales: su experiencia e impresiones tras visitar la mencionada fábrica y muchas otras. El resultado era una poderosa denuncia contra Apple que obligaba al espectador y al oyente a hacerse muchas preguntas respecto al coste real de todos nuestros juguetes electrónicos y respecto a las políticas de doble rasero de nuestras democracias.

Pues bien, la semana pasada This American Life le dedicó un programa completo a desmentir muchas de las afirmaciones que Daisey hizo en su programa. Se trata de un ejercicio de periodismo con el que España solo puede soñar, entre otras cosas porque está basado en lo que se llama 'fact-checking', la labor de control que los medios realmente serios ejercen sobre todo lo que emiten/publican, un concepto que sólo existe en los países anglosajones: antes de que un artículo llegue al público todo lo que el periodista escribe es cotejado punto por punto por un 'fact checker', y si hay algo que pone en duda la veracidad del artículo/programa, éste no se publica. En España esa figura no existe.

This American Life hace un ejercicio de mea culpa admirable al admitir que cuando trataron de localizar a la intérprete que acompañó a Daisey durante su estancia en China, (la única que podría confirmar la veracidad de su historia) éste les dijo que su teléfono ya no funcionaba y ellos, sin hacer ningún esfuerzo por encontrarla de otra manera, decidieron seguir adelante con el programa: "En ese momento tendríamos que haberlo cancelado" admite Ira Glass, su director. Sin embargo no lo hicieron. Y precisamente aquel programa se convirtió en el mayor éxito de su historia, con casi un millón de bajadas de internet. Pero otro periodista, el corresponsal en China de Marketplace, tras escuchar This American Life, sí la buscó, la encontró, y descubrió que muchas de las cosas que Daisey había contado eran basicamente exageraciones, licencias poéticas para hacer más dramática su historia y alguna que otra mentira concreta.

La emisión del primer programa, que titularon Mr Daisey and the Apple factory coincidió con la publicación en The New York Times, pocos días después, de una serie dedicada a Apple y en la que también se hablaba de sus dudosas prácticas laborales. Eso contribuyó a que Daisey se convirtiera, durante semanas, en el hombre de moda en televisiones, radios, diarios y revistas. Su monólogo, que colgó online en su web en febrero para que fuera usado libremente por otros dramaturgos, se lo bajaron 50.000 personas en menos de 24 horas.

Dejo aquí el pdf del programa de rectificación, que apropiadamente se bautizó Retraction y el link para que lo escuchéis. En él hay un concienzudo análisis de todos los hechos y una inmejorable entrevista con el propio Daisey, que explica sus razones para presentar medias verdades como si fueran hechos verídicos, como en su día hizo James Frey, el escritor que tras publicar Million little pieces, unas exitosas memorias sobre su supuesto pasado yonqui, admitió que en realidad se las había inventado, provocando un auténtico huracán en el mundo editorial. El efecto Daisey en el mundo de la prensa estadounidense ha sido muy similar. Hace cuatro días que no se habla de otra cosa.

Yo por mi parte solo puedo pedir disculpas por escribir sobre algo que ha resultado no ser cierto y que, como periodista, me obliga a reflexionar sobre lo que escribo: publicar artículos sobre lo que otros dicen o escriben conlleva graves riesgos. Y cuando comencé este blog me propuse precisamente escribir sólo de lo que conocía de primera mano. Es cierto que además de escuchar el programa de radio, vi la obra de Daisey y él presentaba los hechos como algo real y vivido en primera persona. This American Life es uno de los pocos sellos de garantía que aún quedan en el periodismo y por eso no dudé. También lo era The New York Times, y tuvo a un tipo firmando artículos inventados durante tres años. Por eso, la fuerte polémica creada a raíz de la rectificación de This American Life también me obliga, como periodista, a hacer examen de conciencia. El fin justifica los medios, dice, con otras palabras, Daisey. Si la prensa también lo dijera, sería el fin de nuestra profesión.