Dec 31, 2008

20000000000000000000000000000009!!!!!!!!!!!!!!







Por fin se acabó el 2008, año raro, complicado y extremista.
Ojalá el 2009 nos trate a todos very very well!!!!!
Os deseo horizontes infinitos y cielos que no caben en los ojos como los que he visto en mi viaje al Cañon del Colorado via Ruta 66!!! Que los sueños os sigan haciendo soñar y que la crisis sólo os roce el bolsillo. Y cuando las cosas vayan mal, cantad, cantad, malditos, la música todo lo cura, doy fe, y Bob Dylan también!!!! Happy New Year!!!

Dec 23, 2008

SOCORRO, ESTOY EN LAS VEGAS!!!



Me temía lo peor pero nunca pensé que la lobotomización humana podría llegar a estos extremos. De momento aquí dejo un par de fotos, una en plan nostálgico, de esas de estética años cincuenta que incitan a pensar que lo que hubo antes siempre fue mejor y otra de realismo puro, de ese que no tiene edad. Y sí, Feliz Navidad y esas cosas, aunque aquí en lo único que uno puede pensar es en Hunter S. Thompson y en su Fear and Loathing in Las Vegas. O en por qué Elvis se hizo adicto a las pastillas tras cantar en los casinos locales durante largas temporadas....

Dec 21, 2008

ESTE BLOG Y YO ESTAMOS DE VACACIONES!!

Ultimamente no me he prodigado mucho por mi blog, la vida no me ha dejado. Y ahora, resueltos los problemas de la vida, ME VOY A LAS VEGAS!!! Sin duda el sitio es buena carnaza para unas crónicas bárbaras, a la vuelta escribiré sobre el tema.
FELIZ NAVIDAD!!

Dec 16, 2008

BBC: BODAS, BENDICIONES, CONCIERTOS



Todo se vende, desde el Moma hasta los templos de la fe. Con dinero en el bolsillo es posible pasar una noche en el Guggenheim, casarse en el Moma y acudir a un concierto en un templo de la masonería. De momento no tengo capital para una noche de ensueño en los brazos de Frank Lloyd Wright ni perspectivas matrimoniales a la vista con bendiciones made in Van Gogh así que sólo me queda la posibilidad de pecar yendo a ver música al Brooklyn Masonic Temple. Claro, Wilco y Neil Young tocaban anoche en otro templo mucho más mundano, el Madison Square Garden pero por supuesto las entradas eran desproporcionadamente caras. Más de 100 dólares. ?quién tiene hoy 100 dólares para un concierto?. Esos malditos piratas que compran en masa todos los tickets cuando salen a la venta para revenderlos a precios absurdos han convertido la posibilidad de ver buena música en una misión imposible.

En cambio, el Brooklyn Masonic Temple aún no ha alcanzado la cotización de otros territorios sagrados así que es posible ver un concierto por sólo 12 dólares mientras descubres en qué consiste la masonería. Hace unos días, con mi gripe a cuestas, me arrastré hasta allí para ver a un tipo indespcriptible, Dan Deacon, al que ahora se alaba como a un visionario que ha sabido cruzar la electrónica con el minimalismo. Cierto, pero... de visionario.... poco. Su concierto, entretenido, tenía mucho de aquellos pogos punks que nos gustaban a los quinceañeros de finales de los ochenta. Nada nuevo bajo el sol. De teloneros, los Dirty Projectors, unos chavales con voz y alguna idea interesande de los que se habla muy bien pero que al cabo de media hora resultan tremendamente aburridos. Conclusión: lo único que mereció la pena del viaje fue regresar a este inesperado templo masónico.


El majestuoso edificio, tirando a palacio, tiene una sala de fiestas gigante con muy buena acústica, que se alquila dos o tres veces al mes a grupos indies. En el piso de abajo, un bar para parroquianos masones donde se fuma, se bebe y... se conspira, supongo. No es fácil entender en qué consiste ser masón. Ellos, en su mayoría afroamericanos, fuman, beben y no hacen mucho caso de los modernos con pintas que pueblan su local. Se limitan a no ser muy sociables y a describir a los curiososde forma muy críptica qué es la masonería.



Uno de ellos, con una gorra ultrahortera cargada de incrustaciones con falsas piedras preciosas, me contó que todo lo que allí se aprende "es secreto". Es un templo para hombres, porque las estrellas "tienen cinco puntas y la quinta, sólo los hombres pueden tenerla" me explicó abriéndose de piernas y extendiendo los brazos para que yo entendiera... Al margen de la parte 'pornográfica' del asunto, descubrí que cada semana 1500 hombres acuden a ese templo a rezarle a un dios sin religión que les abre las puertas hacia un conocimiento "vetado a quienes no han sido invitados". Es decir, sólo se puede ser masón si tienes un buen 'enchufe'.



El edificio está cargado de símbolos masones: el compás, la pirámide, el cartabón... Yo no saqué demasiadas conclusiones de mi breve charla con el tipo que vigilaba que los modernos que poblaban su templo durante el concierto no se desmadrarán. Eso sí, una cosa me quédo clara: participar en una organización de supuestos conspiradores ofrece un bonito espejismo, consigues que tu vida parezca, desde fuera, de lo más interesante. Para los aspirantes a masón, aquí va un video -esto es literal, se titula recruitmen mason video-, (necesitan cambiar urgentemente de realizador). Y para los que traten de hurgar en las entrañas del asunto aquí va otro cargado de música inquietante y voces amenazadoras. La información seria sobre el tema parece imposible de encontrar online. Si alguien descubre algo sólido sobre la masonería , por favor que lo comparta.

Dec 9, 2008

BARBARIDADES II



Tengo gripe y ninguna energía para escribir nada interesante pero el mundo está lleno de gente con mucho más talento que yo que se merece unos minutos de vuestra curiosidad, como la ex neoyorquina Gloria Vilches, artista del collage mordaz. Os invito a que visiteis su blog 'Mis collages', ya que en el mio hoy estoy totalmente speechless por sobredosis de antigripales.
Enjoy!!

Dec 5, 2008

CLERKS



Hace apenas un mes se clausuró el Pioneer Theater, una sala de cine minúscula que permitía respirar al cine independiente local. El Pioneer ofrecía precios de persona para exhibir sus películas a los 'indie filmmakers', por lo general seres arruinados cuyas tarjetas de crédito se quemaron durante el rodaje de sus películas. En Nueva York son hordas y necesitan salas 'alternativas' porque el circuito comercial está monopolizado por productoras potentes que no dejan espacio a los pequeños.

El Pioneer, que sobrevivió heroicamente durante una década hasta que el precio del alquiler lo ahogó, era vecino del video club Two Boots Video, otro clásico de la Avenida A, en el East Village. Ayer quise alquilar una película en este local donde aún existían incluso cintas prehistóricas de VHS y descubrí que ya no existe. Para ser exactos, existe a medias. Two Boots es también una cadena de pizzerías. El videoclub consistía en dos salas llenas de excelentes títulos, -mucho documental, mucho cine indie, mucho autor- una máquina con el comecocos original y un diván en el que sentarte a explorar los títulos escogidos o comentar alguna película y de paso, ligotear un poco haciéndote el intelectual -deporte más practicado del barrio-. Un pasillo lo conectaba a la pizzería.




Donde antes había películas ahora no hay nada, sólo un cartel que dice 'se alquila'. Y el videoclub ahora consiste en una minúscula esquina donde se abigarran sólo las cintas originales, a escasos metros de la pizza pepperoni grasienta. Para escoger sólo se puede mirar el catálogo, ya no te puedes pasear de estantería en estantería porque no las hay (queda un lateral simbólico). Ya ni siquiera abre por las mañanas, algo que en un barrio lleno de artistas y cinéfilos con horarios estrambóticos, es un problema.

Mientras despotricaba volviendo a casa pensé que igual podía alquilar la película en iTunes. Pues sí, ahí estaba, por cuatro dólares, a un click de ratón.

Me imagino que la esquina del Two Boots Video dentro del Two Boots Pizza será fagocitada en breve por Steve Jobs. Pero no voy a negar que fue todo un placer ver como la película se materializaba en mi disco duro.



Eso sí, el viaje al videoclub me obligaba a caminar, a ver gente, a comunicarme con el tipo de detrás del mostrador, que me recomendaba películas, o con gente, que comentaba lo que le había gustado y lo que no. Y si no tenías dinero, hasta podías ver películas ya que siempre había algo puesto en las dos televisiones del videoclub. Y por el camino, siempre te podías encontrar a alguien y acabar en un bar, en el cine, o viendo la película juntos.

Adoro la revolución tecnológica y no la cambiaría por el pasado pero me entristece que sea imposible mantener vivos los espacios que nos ayudaban a llenar la vida de sorpresas. Yo salgo perdiendo pero al menos en otras partes del país, ahora podrán ver más y mejor cine gracias al maldito y bendito Steve Jobs. Lamentablemente, aún no tiene Clerks en su catálogo...

Dec 3, 2008

REVOLUTIONARY ROAD


Cuando la vida se convierte en una línea continua, y te aburre, hay que dar un paso y romperla. Nueva York es un lugar lleno de gente decidida a reinventarse y por eso es una ciudad adictiva. La realidad del sueño americano no radica en que de la noche a la mañana te conviertas en rockefeller -que en realidad es muy poco probable- sino en que seas quien seas puedes atreverte a intentar vivir una vida más cercana a tus ideales que la que te ha tocado vivir. Es más fácil dar ese paso aquí que en otros sitios, simplemente porque aquí estás rodeado de gente capaz de abandonar la seguridad de un trabajo fijo por la posibilidad de trabajar en algo que realmente te llene. Y ser testigo a diario de ese atrevimiento, te ayuda a atreverte.

La contrapartida es que aquí también es posible que te echen a la calle de la noche a la mañana sin que te paguen beneficios sociales como esos a los que tiene derecho cualquier currante en Europa. Pero aún así, la posibilidad de cambiar un trabajo suplicio por un trabajo bendición, es más común aquí que en Italia o España.

En Estados Unidos nadie concibe la idea de fichar en el mismo sitio sine die, al contrario, eso se ve más bien como un fracaso. Pasar treinta años detrás del mismo ordenador en la misma oficina no puede ser estimulante, al contrario, mata cualquier tipo de creatividad. Tengo varios amigos que han dado ese paso, desde un broker de wall street que hoy es un gran fotógrafo a un arquitecto que dejó una exitosa firma para montarse su propia empresa luchando contra todo tipo de incompatibilidades burocráticas. Y ninguno de los dos volvería hacia atrás, aunque tengan un montón de problemas. Ayer supe de otro valiente, un periodista, que se ha lanzado al vacío porque llevaba una década haciendo lo mismo para la misma empresa. "Y ya no quiero depender de nadie, quiero hacer algo propio, no sé bien qué, pero ya no era feliz". Olé!

La semana próxima se estrena en Estados Unidos una película de Sam Mendes, Revolutionary road, de esas que obligan a mirar hacia adentro con brutalidad y pensar si realmente estás siendo fiel a todo lo que creíste o soñaste cuando eras algo más joven. Está basada en un libro legendario de Richard Yates, que no he leido aunque sospecho que es bastante mejor que la película, que tampoco es mala. Os invito a ir al cine, o a la biblioteca, a enfrentaros con esos fantasmas que todos intentamos evitar pero con los que deberiamos conversar a menudo.

Y para quitarle peso a este speech existencialista que acabo de disparar, el video de arriba, una canción de uno de esos locos maravillosos absolutamente sabios, Daniel Johnston.