Toda revolución, o amago de ella, incluye grandes y pequeñas escenas. Las grandes son las que de una u otra forma llegan a la prensa y al público y generan noticias, análisis sesudos, tribunas de opinión y con suerte, hasta cambios económicos y políticos reales. La manifestación del 15 de Octubre en Times Square y en cientos de ciudades del mundo pertenece sin duda al grupo de las grandes escenas.
Foto de John de Guzman. 15 octubre 2011. Times Square.
(El sistema de 'corralitos' en las manifestaciones neoyorquinas impide que la masa se junte, evita que las fotos sean más espectaculares y rompe la energía que consiguiría una masa compacta. Aún así en Times Square hubo al menos 10.000 personas)
Las
pequeñas escenas son las que se viven a diario,
fogonazos de humanidad, que incluyen nuestras pequeñas alegrías y miserias personales en medio de algo mucho más grande y que, pese a ser anécdotas, a veces también ilustran esa revolución. Después de pasarme un mes
cubriendo las protestas del movimiento Occupy Wall Street hay algunos momentos pequeños que me gustaría compartir:
-Ilustrando la crisis 1:
-7 de octubre, Washington Square Park. Los ocupantes de Liberty Square se han trasladado por un día a Washington Square y celebran una asamblea. La plaza está rodeada de coches patrulla, lecheras y de policías porra en mano. Se acaba la asamblea, me doy una vuelta y decido irme a casa, no creo que haya nada nuevo que escribir hoy. Voy a subirme a mi bicicleta y resulta que se le ha salido la cadena. Despotrico y trato de arreglarla sin éxito. En ese momento una furgoneta llena de policías aparca delante. Se bajan. Me observan y me dicen: ¿necesitas ayuda? "Hombre pues sí, muchas gracias!". Se manchan las manos de grasa y muy amablemente colocan otra vez la cadena en su sitio. Sonríen y hasta tontean un poco. Al final me atrevo a preguntarles: "Perdona pero... ¿tenéis intención de arrestar a mucha gente hoy? "¿Por qué? ¿Planeas hacer algo?". "No, soy periodista, pero desde que los indignados se indignan me ha tocado trabajar todos los fines de semana y esperaba poder descansar hoy pero veo mucha policía por aquí y si hay muchos arrestos seguro que me llaman del periódico para escribirlo". "Hombre, si te soy sincero, a nosotros la protesta no nos viene mal, estamos cobrando muchas horas extras y las pagan muy bien. Nuestros sueldos no son muy allá". "Qué suerte, yo no cobro horas extras, ni sábados, ni domingos. Ni siquiera tengo un sueldo". "Ya, es que vuestra profesión está muy mal". "Pues sí, muy mal". "En fin...". "En fin..."...
-Ilustrando la crisis 2:
-En Liberty Square. "Y usted, ¿a qué se dedica?". "Soy periodista". "No se quejará. Le estamos dando mucho trabajo". " ¿Y usted qué hace?" "Estoy en paro. Pero mire la paradoja, mi falta de trabajo le da usted de comer. Y si no, siempre puede venirse aquí a comer pizza. El occupy special es un hit"...
-Valorando la asistencia a una manifestación:
14 de octubre. Seis de la mañana. Llegó tarde la convocatoria montada para frenar el desalojo de Liberty Square. Llamo a otra periodista: "¿Estás ya ahí?". "Sí". "¿Hay mucha gente?". "Uf, esto está petao". "¿Como el día de la manifestación?". "Pues sí, la plaza a rebosar. Para que te hagas una idea no hay manera de encontrar aparcamiento para la bici".
-La revolución no descansa. Y cansa!
Saliendo de Liberty Square me encuentro en el metro con una activista que conozco. Aprovecho para entrevistarla y luego nos ponemos a hablar de otras cosas. "¿Adonde vas?", le pregunto. "A comprar un filtro para mi acuario. Mi tortuga no puede más. Llevo un mes viviendo en Wall Street. Mi vida es un caos. No tengo tiempo ni de poner la lavadora. Y estoy cansadísima". "Ya, yo también. Pensaba descansar el sábado pero está la convocatoria del 15-O. Yo estoy encantada con la revolución pero... ¿no os podríais indignar en lunes?". Risas. "Ya, yo también lo he pensado pero la revolución no descansa".
-Percepciones de una revolución:
Washington Square, 12 de la noche, 15 de octubre. Después de una asamblea masiva un pequeño grupo de unos 100 indignados se debate entre intentar ocupar la plaza o volver a Zuccotti Park. Varios de ellos le cantan guitarra en mano una divertida versión del clásico de Ben E. King
Stand by me (la letra adaptada al momento dice 'NYPD stand by me') a un ejército de al menos 400 policías (la policía neoyorquina siempre fue muy exagerada) desplegados para evitar que ocupen la plaza. Las pizzas de Liberatos (la pizzeria oficial de la ocupación) acaban de llegar humeantes y corren entre los indignados. De repente oigo esta conversación:
- ¿Qué te parece todo esto de Occupy Wall Street?
-Mucha policía y mucha pizza gratis. Pero con tanta policía no consigo disfrutar de toda esta pizza. Comería más a gusto si no me estuvieran todos mirando.