Feb 15, 2011

El invierno del blog y el periodismo



Ayer leí un artículo que se titulaba '¿El fin de los blogueros?', sobre como la tendencia a bloguear empieza a caer en picado en Estados Unidos -al contrario que en España, que siempre va con un par de años de retraso respecto al imperio en estas cosas- y pensé si estaría cerca el fin de mi propio blog, ya que llevo tres meses sin pisarlo. No, de momento no hay funeral. Me gusta escribir y me gusta poder hacerlo libremente y poder contar experiencias que vivo en Nueva York y que no siempre consigo contar vía periódico o que quizás no tengan que ser contadas en un periódico. La finalidad de la prensa debería ser informar y en los blogs a lo que tendemos es a opinar, aunque lo camuflemos comentando la actualidad informativa o incluso contando experiencias vividas en primera persona que podrían ser noticiosas.

Pero nuestra voz personal está ahí, clara y alta. Y quizás nuestro sitio no sea hacerla oir en los diarios sino en lugares apartados como este, para no añadir ruido a la información, o no contribuir a que empresas como the Huffington Post se enriquezcan a nuestra costa. Vendido recientemente por 315 millones de dólares, el HuffPo tiene 6000 blogueros que escriben... ¡¡gratis!! !Y lo ha adquirido AOL, que tiene a cientos de periodistas cobrando 15 dólares por artículo (que es casi peor que escribir gratis)!

Yo también escribo gratis aquí pero al menos si algún día alguien se interesa económicamente por este blog yo, al contrario que los 6000, ganaré algo con mi voz. No sé, es una reflexión que se me ocurre después de perderme por enésima vez tratando de encontrarle un sentido a ese bosque sin podar que me asfixia cada vez que entro en el area de blogs de cualquier medio informativo. Suelo huir de allí espantada, como de una tertulia televisiva, a las que siempre tuve alergia. Aunque claro, esos blogueros, o esos tertulianos, tienen mayor exposición pública bajo ese paraguas, y por eso le venden su alma al diablo. Por la posibilidad de llegar a forrarse algún día, respetable ambición, dadas las circunstancias de nuestra profesión.

Cosas que te encuentras en Nueva York mientras no blogueas

Mi amiga Idoya me advierte: ni Steve Jobs pensaba en forrarse cuando se inventó Apple. Hay que hacer las cosas porque crees en ellas, no por la pasta. Lo comparto. Y por eso escribo gratis aquí, en un blog entre millones, y escribo solo cuando tengo tiempo y algo que decir, porque ni siquiera he podido pensar que a este blog le podría sacar dinero (¿de verdad aún es posible?). Mi vida es una carrera por la supervivencia en la que se junta el trabajo que me gusta y no me alimenta con el trabajo que necesito para pagar el alquiler con el trabajo de aprendiz de cineasta. La conclusión es que si además quiero vida privada y separar mis ojos del ordenador, bloguear, por mucho que me guste, se convierte en tarea titánica. Me levanto cada día con el objetivo de ser superwoman pero me acuesto descubriendo que soy sólo una woman, a secas, sin super. Y lo peor es que ahora resulta que soy el modelo a seguir.

Esta no soy yo, es la niña del exorcista, a la que conocí este mes y
de la que hablo más abajo pero a este paso cualquier día amanezco así.

A una querida amiga, una de las mejores periodistas que conozco, la acaban de echar a la calle después de una década trabajando para la que antaño fue una empresa periodística respetable. La han echado bajo ese vomitivo eufemismo llamado 'baja incentivada'. Me fascinan los eufemismos en general pero los del lenguaje económico me dejan sin palabras (hay hasta un libro sobre el tema, Euphemania) Una baja incentivada es un despido envuelto en un lazo rojo: una patada y más dinero del habitual. Pero sigue siendo un despido, entre otras cosas porque o lo coges por las buenas o luego te despiden oficialmente por las malas. Compañeros como ella ahora tienen que plantearse cómo aprender a vivir en la precariedad: es decir, como aprender a vivir como yo, con ingresos que menguan de manera inversamente proporcional a la experiencia y al reconocimiento profesional. Los elogios que recibo por mi trabajo viajan en dirección opuesta a mis ingresos: mientras los primeros crecen los segundos encogen y yo cobro menos ahora que hace una década.

En el mundo de los que manejan los hilos de la economía y toman las decisiones que afectan a mi amiga y a mí, ocurre exactamente lo contrario: entre el 2009 y el 2010 los 57 multimillonarios que residen en Nueva York, ganaron colectivamente 19.000 millones de dólares más que el año anterior. Y eso que estamos en crisis, como siempre se excusa el alcalde (uno de los 57), quien debería rebautizarse Bloomberg Scissorhands, de la cantidad de recortes que le está metiendo a todo lo que convierte una ciudad en un lugar mas civilizado (transporte, salud, educación...). No hace falta llegar tan arriba: quienes compran, venden, dirigen y arruinan empresas no suelen irse a la calle precisamente con los bolsillos vacíos. Idem con banqueros y similares. Lo que aún no entiendo es por qué solo salen a la calle en Egipto y alrededores, como si en nuestro occidente ejemplar hubiera democracia. Y cito aquí una reveladora reflexión al respecto de Bob Herbert.


Estas son algunas de las cosas en las que he estado pensando estos tres meses mientras me pluriempleaba, sobrevivía al frío y no blogueaba. Confieso que apenas he pisado la calle, podría haber vivido en Nueva York o en Ohio, da igual, cuando los días se suceden a quince bajo cero yo vivo anulada y entre muros. Eso sí, he tenido el gusto de conocer a la niña de El exorcista, instalada en el Museum of Moving Image; he viajado a Colorado, donde entrevisté a Nicholas Carr y hablé con él sobre las destructivas distracciones de nuestra existencia digital; me reí cada mañana frente al muñeco de nieve chino de la foto -fue durante semanas un vecino más de mi barrio, Chinatown-, asistí a un concierto de NAICA, grupo al que no hay que perder la pista, sobre todo los lectores españoles, porque se mudan a España; escribí una guía sobre Nueva York, que se publicará en los próximos meses; conocí a una coleccionista de arte que me hizo envidiar una jubilación dorada a la que mi generación no puede aspirar y seguí trabajando en la distribución de mi documental, sobre el que podéis encontrar información en www.survivingamina.com


Poco más. ¿Debería haber escrito sobre todo ello? Quizás pero no me sentía con fuerzas y me daba miedo aburrir. Y eso es lo primero que hay que ahorrarle al lector, aburrimiento. Ese fue mi compromiso cuando me inventé cronicasbarbaras. Con el fin del frío y del exceso de pluriempleo yo estoy en plena resurrección vital. Seguiré contando grandes y pequeñas historias de Nueva York y aledaños. Si es que aún me quedan lectores...

8 comments:

  1. Bloguea bloguea, no lo dejes!

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  2. Aquí estamos, echándote mucho de menos!!!De vez en cuando veíamos un árticulo tuyo en el periódico y sonreíamos en silencio...
    No te rindas. Ya queda menos invierno

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  3. Te quedan, te quedan... Welcome back, Barbara!!!! By the way, ser woman ya es ser super...

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  4. Felicidades por la entrada. Me ha gustado mucho y me identifico plenamente! Fuerza...

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  5. Ánimo, te leemos, siempre y como sea, cuando haga falta!

    María

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  6. "Ni Steve Jobs pensaba en forrarse cuando se inventó Apple. Hay que hacer las cosas porque crees en ellas, no por la pasta."
    Y llevais razon Idoya y tu, lo que ocurre que hay mucha gente que no trabaja para forrarse sino simplemente para tener una sosegada y plena existencia como clase media, con ingresos que le permitan vivir y pensar en el futuro de forma relativamente comoda. No todo el mundo quiere forrarse pero todo el mundo quiere llegar a fin de mes. Por eso, comparto tu ambiguedad con respecto al blogueo y cada vez estoy mas en contra de eso del trabajo gratis.

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  7. Qué bien, todavía me lee alguien!
    Anita.... qué te voy a decir que tú no sepas?????

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  8. toda la razon en que en españa vamos años retrasados del resto, y en especial de EEUU.
    AHora salen blogs de debajo de las piedras, y eso es un arma de doble filo. ya veremos como acaba la cosa!

    un besito de UNA CENICIENTA MODERNA
    WWW.1CENICIENTAMODERNA.BLOGSPOT.COM

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