Una subasta de ‘arte malo’. ¡Qué grande! ¿Suena absurdo? No del todo. Después de asistir durante años a subastas llenas de gente elegante que desembolsaba sin pestañear trece millones de euros por un becerro de oro en formol, el miércoles vi como un cuadro horrible de dos tigres en Marte se vendía por unos 200 dólares . Una ganga, sobre todo teniendo en cuenta que lo había donado al actor y guionista Judah Friedlander (de la serie 30 Rock). En esta ciudad hasta la basura bendecida de un famoso se cotiza bien pero al menos en este caso, la subasta tenía un fin altruista: nada de contribuir a especular para que Damien Hirst aumente su cotización en el mercado sino recaudar fondos para la ong New York Cares. O sea que el absurdo cuadro que un día fue de Friedlander (no confundir con el fotógrafo) no servirá para que en otra improbable subasta de arte malo -!se anunciaba así!- alguien tenga que pagar el doble por otro cuadro horrible del mismo autor anónimo.
No estoy atacando a Damien Hirst y sus bichos en formol, que a veces hasta me gustan, soy hija de artistas y crecí viendo cosas mucho más sorprendentes que las que hace él. Pero después de estos años de especulación artística exagerada, fue de lo más reconfortante ir a Le Poisson Rouge (un recomendable garito del West Village) y ver que había al menos un centenar de personas con el suficiente sentido del humor como para presentarse en una subasta de objetos feos e imposibles y gastarse su dinero –que ahora no abunda- sin pensar en hacer negocio. Coincidió que al día siguiente leí a Hirst confesarse en el diario The independent y reconocer que su obra está ‘overpriced’ (siento colar estas palabras en inglés pero hay algunos conceptos que funcionan mejor en unos idiomas que en otros).
Hace una semana uno de sus cuadros no encontró comprador en una subasta 'de arte bueno' en Nueva York. Hace menos de dos meses vendió obra por valor de 200 millones de dólares en una sola tarde. Con esto de la crisis la gente empieza a tomar perspectiva. Si Hirst deja de ser un 'hot artist' entre coleccionistas serios quizás en la próxima subasta de 'arte malo' se anime y done algo…
I'm falling in love with you.
ReplyDeleteMe encanta lo que y como escribes.
Has visto mi arte malo? Visita mi propio blog en isaachh.blogspot.com y me cuentas.
Avrei tante cose nel garage da "subastare" , che certamente un paio di forniti ambulatori in territori sfortunati, ci verrebbero su.
ReplyDeleteMa la gente di questo paese di montagna e limitrofi, non ama l'arte, e meno ancora quella brutta. Non la capisce, non la cerca, non la vuole. Per loro è un rinunciabile "di più" , come un goccio d'olio crudo sopra la amatriciana.
Forse quì l'esperimento che si potrebbe fare , sarebbe al contrario, cioè: vediamo quanto poco potrebbero offrire quì per un Warol o per un De Chirico. Non credo che ci pagheremmo la luce!