'Los fusilamientos del 3 de mayo' de Goya y una fotografía de la matanza de palestinos a manos israelíes en Gaza del pasado enero. El resultado de este matrimonio brutal es este magnífico collage: el mensaje es certero, directo, dramático y desde el punto de vista puramente artístico, creo que incluso Martha Rosler lo aplaudiría. El diario británico The Guardian le ofreció a Poster Boy las pasadas navidades una de sus páginas. Pero cuando el artista propuso este collage The Guardian no se atrevió a publicarlo. "Les pareció políticamente incorrecto" me cuenta Poster Boy. La versión del diario no la sé (pero prometo investigar).
Quizás se esperaban algo 'light y divertido': 'al fin y al cabo es un artista callejero que se está haciendo famoso y querrá aprovechar la oportunidad que le damos, no?', debieron de pensar los británicos. Se les olvidó que Poster Boy es un neoyorquino con ideas políticas muy concretas, que no comparte los valores que dominan el mercado del arte y al que todavía (y esperemos que por mucho tiempo) le pesa la conciencia más que el bolsillo. Por eso no vio en The Guardian un escaparate para sí mismo sino la oportunidad perfecta para denunciar la enésima matanza de palestinos. No me sorprende que su 'Gaza simulacra' (así tituló el collage) no se publicara: cuando se habla de Israel en la prensa, la mayoría de las palabras y las imágenes se atragantan en los despachos de los que deciden y no llegan nunca hasta el papel. (toc, toc, New York Times?)
Poster Boy se sorprendió del rechazo pero hizo lo normal en estos tiempos: colgó su collage en internet (aquí podeis ver parte de su obra). No tiene un duro, pero sí conciencia, algo que hasta que el mundo descubrió a Bernie Madoff, se cotizaba a la baja. Es un tipo de artista más que necesario (en esta entrevista que se publica hoy cuento más detalles). Se mueve desde hace nueve meses por las entrañas de la ciudad y se dedica a 'atacar' los anuncios publicitarios del subway y a darles la vuelta de forma crítica, irónica y sobre todo, molesta para los anunciantes. En el origen fue uno solo, pero la idea, -estamos hasta el moño de la contaminación visual a la que nos somete la publicidad- recogida y aplaudida por grupos como Public Ad Campaign, se ha multiplicado y hoy ya no sólo puede hablarse de un Poster Boy sino de un movimiento. Larga vida a Poster Boy, a sus clones y a otros artistas como Aakash Nihalani y Jordan Seiler, que aspiran a devolvernos la libertad de ir por las calles sin sufrir el atraco visual de hombres y mujeres photoshopeados que siempre nos venden algo que no necesitamos.
(Si alguien sabe el nombre del autor de la foto utilizada en Gaza Simulacra, me gustaría darle su debido crédito. Poster Boy tampoco lo conoce)
Muy buen artículo.
ReplyDeleteGracias.
Me encantó el blog. Estoy enganchado a tus crónicas, como a las de Ramón Lobo. Seguía tus artículos en El País, ahroa el blog permite conocer pequeñas historias que habitualmente no salen como noticia. P.D. Al igual que tú y los personajes de Amenábar, también comparto el horror de haber pasado por CC.Información
ReplyDeleteMe encantó tu blog, tiene muy buen contenido.
ReplyDeleteFelicidades desde méxico
Nicole